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Léxico Filosofia

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donación

Definition:
Gegebenheit

Nuestra lengua, a lo que pertenece a la esencia del amigo y proviene de ella lo llama lo amistoso. Conforme a esto, ahora a lo que hay-que-considerar lo llamaremos lo que es de consideración. Todo lo que es de consideración da que pensar. Pero esta DONACIÓN únicamente se da en la medida en que lo que es de consideración es ya desde sí mismo lo-que-hay-que-considerar. Por esto ahora, y en lo sucesivo, a lo que siempre da que pensar, porque dio que pensar antes, a lo que antes que nada da que pensar y por ello va a seguir siempre dando que pensar lo llamaremos lo preocupante. Heideggeriana: QuePensar

Lleva lo que viene en presencia y lo que de ella se ausenta cada vez a lo suyo propio desde lo cual se muestra en sí mismo y perdura a su modo. El hacer propio que trae, que aporta, el que remueve el Decir en tanto que Mostración en su mostrar, lo llamaremos apropiación (Ereignen). Produce el libre espacio del Claro en el que pueden perdurar las presencias y del cual pueden des-aparecer a la ausencia, manteniendo y guardando perduración en este su retirar. Lo que la apropiación por el Decir produce no es jamás el efecto de una causa ni consecuencia de un fundamento. El hacer propio aportador, la apropiación, consiente más que todo obrar, que todo hacer y todo fundar. Lo que apropia es el advenimiento apropiador mismo — y nada más [Vid. Identität und Differenz, 1957, p. 28 ss.]. El advenimiento apropiador percibido en el Mostrar del Decir, no se deja representar ni como evento ni como suceso sino que sólo se puede hacer su experiencia en el Mostrar del Decir, entendido como lo que consiente. No hay otra cosa a la cual aún pudiera remitirse el advenimiento apropiador, o desde la cual incluso pudiera ser explicado. La apropiación no es la suma (resultado) de otra cosa., sino la DONACIÓN, cuyo gesto donante sólo y primeramente consiente algo como un Es gibt, un “hay”, del que incluso “el ser” está necesitado para alcanzar lo suyo propio en tanto que presencia. [Sein und Zeit, 1927, párr. 44.] Heideggeriana: CaminhoLinguagem

cuatro — Esta palabra forma la conclusión de la poesía En memoria (Andenken) y dice: “Mas lo permanente lo instauran los poetas” ( IV, 63 ) . Esta palabra proyecta una luz sobre nuestra pregunta acerca del origen de la poesía. La poesía es instauración por la palabra y en la palabra. Qué es lo que se instaura? Lo permanente. Pero ¿puede ser instaurado lo permanente? ¿No es ya lo siempre existente? ¡No! Precisamente lo que permanece debe ser detenido contra la corriente, lo sencillo debe arrancarse de lo complicado, la medida debe anteponerse a lo desmedido. Debe ser hecho patente lo que soporta y rige al ente en totalidad. El ser debe ponerse al descubierto para que aparezca el ente. Pero aun lo permanente es fugaz. “Es raudamente pasajero todo lo celestial, pero no en vano” ( IV, 163 s.). Pero que eso permanezca, eso está “confiado al cuidado y servicio de los poetas” ( IV, 145 ). El poeta nombra a los dioses y a todas las cosas en lo que son. Este nombrar no consiste en que sólo se prevé de un nombre a lo que ya es de antemano conocido, sino que el poeta, al decir la palabra esencial, nombra con esta denominación, por primera vez, al ente por lo que es y así es conocido como ente. La poesía es la instauración del ser con la palabra. Lo permanente nunca es creado por lo pasajero; lo sencillo no permite que se le extraiga inmediatamente de lo complicado; la medida no radica en lo desmesurado. La razón de ser no la encontramos en el abismo. El ser nunca es un ente. Pero puesto que el ser y la esencia de las cosas pueden ser calculados ni derivados de lo existente, deben ser libremente creados, puestos y donados. Esta libre DONACIÓN es instauración. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Pero al ser nombrados los dioses originalmente y llegar a la palabra la esencia de las cosas, para que por primera vez brillen, al acontecer esto, la existencia del hombre adquiere una relación firme y se establece en una razón de ser. Lo que dicen los poetas es instauración, no sólo en sentido de DONACIÓN libre, sino a la vez en sentido de firme fundamentación de la existencia humana en su razón de ser. Si comprendemos esa esencia de la poesía como instauración del ser con la palabra, entonces podemos presentir algo de la verdad de las palabras que pronunció Hölderlin, cuando hacía mucho tiempo la noche de la locura lo había arrebatado bajo su protección. cinco — Esta quinta palabra-guía la encontramos en el gran poema, poema inmenso que principia: En azul amable florece el techo metálico del campanario (VI, 24 s. ). Aquí dice Hölderlin (v. 32 s.): Pleno de méritos, pero es poéticamente como el hombre habita esta tierra. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Lo que el hombre hace y persigue lo adquiere y merece por su propio esfuerzo. “Sin embargo — dice Hölderlin en duro contraste —, todo esto no toca la esencia de su morada en esta tierra, todo esto no llega a la razón de ser de la existencia humana.” Esta es “poética” en su fundamento. Pero nosotros entendemos ahora a la poesía como el nombrar que instaura los dioses y la esencia de las cosas. “Habitar poéticamente” significa estar en la presencia de los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas. Que la existencia es “poética” en su fundamento quiere decir, igualmente, que el estar instaurada (fundamentada) no es un mérito, sino una DONACIÓN. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Ciertamente toda instauración queda como una DONACIÓN libre, y Hölderlin oye decir: “Sean libres los poetas como las golondrinas” (IV, 168 ). Pero esta libertad no es una arbitrariedad sin ataduras y deseo caprichoso, sino suprema necesidad. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Poetizar es el dar nombre original a los dioses. Pero a la palabra poética no le tocaría su fuerza nominativa, si los dioses mismos no nos dieran el habla. ¿Cómo hablan los dioses? …Y los signos son, desde tiempos remotos, el lenguaje de los dioses (IV, 135). El dicho de los poetas consiste en sorprender estos signos para luego transmitirlos a su pueblo. Este sorprender los signos es una recepción y, sin embargo, a la vez, una nueva DONACIÓN; pues el poeta vislumbra en el “primer signo” ya también lo acabado y pone audazmente lo que ha visto en su palabra para predecir lo todavía no cumplido. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Por ser dicha extracción, toda creación es una forma de sacar fuera (como sacar agua de la fuente). Claro que el subjetivismo moderno malinterpreta de inmediato lo creador en el sentido del genial resultado logrado por el sujeto soberano. La fundación de la verdad no sólo es fundación en el sentido de la libre DONACIÓN, sino también en el sentido de ese fundar que pone el fundamento. El proyecto poético viene de la nada desde la perspectiva de que nunca toma su don de entre lo corriente y conocido hasta ahora. Sin embargo, nunca viene de la nada, en la medida en que aquello proyectado por él, sólo es la propia determinación del Dasein histórico que se mantenía oculta. Heideggeriana: ObraArte

La DONACIÓN y fundamentación tienen el carácter no mediado de aquello que nosotros llamamos inicio. Ahora bien, el carácter no mediado del inicio, lo característico del salto fuera de lo que no es mediable, no sólo no excluye, sino que incluye que sea el inicio el que se prepare durante más tiempo y pasando completamente desapercibido. El auténtico inicio es siempre, como salto, un salto previo en el que todo lo venidero ya ha sido dejado atrás en el salto, aunque sea como algo velado. El inicio ya contiene de modo oculto el final. Desde luego, el auténtico inicio nunca tiene el carácter primerizo de lo primitivo. Lo primitivo carece siempre de futuro por el hecho de carecer de ese salto y salto previo que donan y fundamentan. Es incapaz de liberar algo fuera de sí, porque no contiene nada fuera de aquello en lo que él mismo está atrapado. Heideggeriana: ObraArte

El arte es el poner a la obra de la verdad. En esta frase se esconde una ambigüedad esencial, puesto que la verdad puede ser tanto el sujeto como el objeto de ese poner. Pero aquí, sujeto y objeto son nombres poco adecuados. Impiden pensar esa doble esencia, tarea que ya no debe formar parte de estas reflexiones. El arte es histórico y en cuanto tal es el cuidado creador de la verdad en la obra. El arte acontece como poema. Éste es fundación en el triple sentido de DONACIÓN, fundamentación e inicio. Como fundación el arte es esencialmente histórico. Esto no quiere decir únicamente que el arte tenga una historia en el sentido externo de que, en el transcurso de los tiempos, él mismo aparezca también al lado de otras muchas cosas y él mismo se transforme y desaparezca ofreciéndole a la ciencia histórica aspectos cambiantes. El arte es historia en el esencial sentido de que funda historia. Heideggeriana: ObraArte

Esos forasteros de igual corazón, igualmente decididos por la DONACIÓN y el rehúso que se les destina. Los detentores de la verdad del ser (Seyn), en la que el ente se erige en simple dominio esencial de cada cosa y aliento. Los más serenos testigos de la calma más serena, en la que una imperceptible sacudida vuelve la verdad hacia su esencia desde la confusión de todas las correcciones calculadas: mantener oculto lo más oculto, el estremecimiento de la decisión de los dioses que pasa, el esenciarse del ser (Seyn). Heideggeriana: EreignisFuturos

Nietzsche comprende la verdad como tener-por-verdadero. Éste es — si se lo piensa más profundamente, retrocediendo al fundamento de su posibilidad — el inventivo pre-suponer un horizonte de entidad, la unidad de las categorías en cuanto esquemas. El inventivo pre-suponer tiene su ejercicio fundamental en lo que expresa el principio de no contradicción: en el fijar lo que en general quiera decir entidad. Entidad querrá decir: consistencia, en el sentido de tal consolidación. Ese fijar es el originario tener-por-verdadero que da a todo conocimiento la prescripción hacia el ente en cuanto tal. El tener-por-verdadero tiene originariamente el carácter de una orden. ¿De dónde toma su patrón de medida este dar orden? ¿Qué le indica aunque más no sea la dirección? ¿El tener-por-verdadero en cuanto ordenar no se convierte en el juguete de un arbitrio impenetrable y no vinculado a nada? ¿Adónde va a parar la esencia de la verdad si se la retrotrae a un ordenar sin fundamento ni dirección? Después de la abolición de la distinción metafísica queda vedada toda escapatoria hacia una adecuación a algo “verdadero” existente “en sí”; pero también igualmente la estimación de lo fijado en el representar como algo sólo “aparente”. ¿El tener-por-verdadero posee aún de algún lado y por sí un carácter concluyente y vinculante? Si aún lo tiene y si puede tenerlo, sólo será desde sí mismo. Por ello, el enraizamiento aún más originario del carácter de orden del tener-por-verdadero tiene que contener y proporcionar algo así como la DONACIÓN de una medida, o bien hacerla prescindible sin caer por ello en la pura arbitrariedad de lo que carece totalmente de vínculo. En la medida en que este tener-por-verdadero, a pesar de todo el alejamiento del ámbito de la distinción del mundo verdadero y el mundo aparente, debe mantener en algún sentido la esencia de la verdad hasta entonces aceptada, esta esencia de la verdad debe imponerse también en el acto fundamental del tener-por-verdadero. Heideggeriana: VontadePoder

La continuación esencial de este momento último de la metafísica, es decir del proyecto de la entidad en dirección del volver consistente del presenciar, se manifiesta en la correspondiente determinación de la esencia de la “verdad”. Desaparece ahora el último hálito de una resonancia de la aletheia. La verdad se convierte en justicia, en el sentido del imperativo fundirse de lo que se ordena a sí mismo en el impulso de su sobreelevación. Toda corrección es sólo un estadio previo y una ocasión para la sobreelevación, todo fijar es sólo un apoyo para la disolución en el devenir y por lo tanto en el querer volver consistente el “caos”. Ahora sólo queda la invocación de la vitalidad de la vida. La esencia inicial de la verdad se ha transformado de tal modo que la transformación equivale a un apartamiento (no a una aniquilación) de su esencia. El ser verdadero se disuelve en la presencia, que en cada caso retorna, de un dar poder al poder. La verdad se vuelve nuevamente lo mismo que el ser, sólo que éste, entretanto, ha asumido el acabamiento en su inesencia. Pero cuando la verdad como corrección y como desocultamiento se ha aplanado en la “conformidad a la vida”, cuando se ha apartado de este modo a la verdad, la esencia de la verdad ha perdido todo dominio. En el ámbito de la preponderancia de las “perspectivas” y los “horizontes” carentes de perspectivas, es decir, privados de despejamiento, no puede ser ya digna de que se la interrogue. ¿Pero qué sucede entonces? Entonces comienza la DONACIÓN de sentido como “transvaloración de todos los valores”. La “carencia de sentido” se convierte en el único “sentido”. La verdad es “justicia”, es decir suprema voluntad de poder. A esta “justicia” sólo le hace justicia el dominio incondicional de la tierra por parte del hombre. Pero la instalación en lo planetario ya no es más que la consecuencia del antropomorfismo incondicionado. Heideggeriana: EternoRetorno

La línea cero tiene como meridiano su zona. El ámbito del nihilismo consumado constituye la frontera entre dos edades del mundo. La línea que le designa es la línea crítica. En ella se decide si el movimiento del nihilismo sucumbe en la Nada aniquiladora o si es el tránsito al dominio de una “nueva DONACIÓN del Ser” (pág. 53). Por tanto, el movimiento del nihilismo tiene que estar basado de por sí en diferentes posibilidades y, conforme a su esencia, ser ambiguo. Heideggeriana: PreguntaSer

Usted escribe (Sobre la línea, pág. 59): “La movilización total ha entrado en un estadio que supera en amenazas todavía al pasado. Sin duda el alemán ya no es su sujeto, y por ello crece el peligro de que se le comprenda como su objeto”. Aun ahora sigue usted viendo, y ciertamente con razón, la movilización total como un carácter distintivo [393] de lo real. Pero cuya realidad ya no está para usted determinada por la “voluntad de (subrayado por mí) la movilización total” (El trabajador, pág. 148), y ya no de modo que esta voluntad pueda valer como la única fuente de “DONACIÓN de sentido” justificadora de todo. Por eso, usted escribe (Sobre la línea, pág. 50): “No hay ninguna duda de que nuestra existencia (es decir, según la pág. 52 “las personas, obras e instituciones”) se mueve en su totalidad sobre la línea crítica. Con ello se modifican peligros y seguridad”. En la zona de la línea el nihilismo se aproxima a la consumación. El total de la “existencia humana” sólo puede cruzar la línea si esta existencia sale de la zona del nihilismo pleno. Heideggeriana: PreguntaSer

Pero aquí se interpreta la “idea” modernamente en el sentido de perceptio, del representar por un sujeto. Por otra parte, sigue siendo también asequible para usted la forma sólo en un ver. Es aquel ver que se llama en los griegos, idein, palabra que Platón usa para un mirar, el cual no mira lo mutable perceptible sensiblemente, sino lo inmutable, el ser, la idea. También usted caracteriza la forma como “ser en reposo”. La forma no es ciertamente ninguna “idea” en sentido moderno, por tanto tampoco ninguna representación regulativa de la razón en sentido de Kant. El ser en reposo sigue siendo para el pensar griego puramente distinto (diferente) frente al ente mutable. Esta diferencia entre Ser y ente aparece entonces, mirando desde el ente hacia el Ser, como la trascendencia, es decir, como lo metafísico. Pero la diferenciación no es ninguna separación absoluta. Lo es tan poco que en el presentar (ser) lo pre-sente (ente) es pro-ducido, pero sin embargo, no causado, en el sentido de una causalidad eficiente. Lo pro-ducente es a veces pensado por Platón como lo acuñante taepow (véase Teeteto, 192a, 194b). También usted piensa la relación de la forma para con lo que “forma”, como la relación del cuño y la acuñación. En todo caso, usted entiende el acuñar de modo moderno, como un conferir “sentido” a lo sin-sentido. La forma es “fuente de DONACIÓN de sentido” (El trabajador, pág. 148). Heideggeriana: PreguntaSer

En la forma del trabajador y su dominio ya no se mira a la subjetiva, y mucho menos entonces a la subjetidad subjetivista de la esencia humana. El ver metafísico de la forma del trabajador corresponde al proyecto de la forma esencial de Zaratustra dentro de la metafísica de la voluntad de poder. ¿Qué se esconde en ese aparecer de la subjetividad objetiva del subjectum (del Ser del ente), que es pensada como forma humana, y no como un hombre aislado? Hablar de la subjetidad (no subjetividad) de la esencia humana como el fundamento de la objetividad de todo subjectum (de todo presente) parece en todos los aspectos paradójico y artificial. Esta apariencia tiene su fundamento en que apenas hemos comenzado a preguntar por qué y de qué manera será necesario dentro de la metafísica moderna un pensar que Zaratustra representa como forma. La información dada a menudo de que el pensamiento de Nietzsche había caído fatalmente en la poesía, es ella misma sólo el abandono del preguntar pensante. A pesar de todo, ni siquiera necesitamos volver a pensar hasta la deducción trascendental kantiana de las categorías para ver que, al mirar la forma como la fuente de la DONACIÓN de sentido, se trata de la legitimación del Ser del ente. Sería una explicación demasiado grosera si se dijera que [397] aquí, en un mundo secularizado, el hombre como creador del Ser del ente ocupa el lugar de Dios. Que, en efecto, la esencia humana está en juego, no admite duda. Pero la esencia (verbal) del hombre, “el ser-ahí [Dasein] en el hombre” (véase Kant y el problema de la metafísica; 1 ed., 1929, § 43) no es algo humano. Para que la idea de la esencia humana pueda alcanzar el rango de lo que fundamenta ya a todo presente como la presencia, que permite primero una “representación” en el ente, y así legitima a éste como el ente, tiene el hombre ante todo que ser representado en el sentido de un fundamento normativo. Pero, ¿normativo para qué? Para el asegurarse del ente en su ser. ¿En qué sentido aparece “Ser” cuando se trata del asegurarse del ente? En el sentido de lo en todas partes y en todo tiempo constatable, es decir, representable. Descartes, entendiendo así el Ser, encontró la subjetividad del subjectum en el ego cogito del hombre finito. El aparecer de la forma metafísica del hombre como fuente de DONACIÓN de sentido es la consecuencia última de la posición de la esencia humana como subjectum normativo. Conforme a ello, se transforma la forma interna de la metafísica, que consiste en lo que puede denominarse como la trascendencia. Ésta es dentro de la metafísica por razones esenciales ambigua. Allí donde esa ambigüedad no se tiene en cuenta se extiende una confusión incurable, que puede valer como característica del representar metafísico todavía hoy usual. Heideggeriana: PreguntaSer

Sólo ésta podría ayudar a abrir un nuevo ámbito y a preparar el donde se experimente lo que usted llama “una nueva DONACIÓN del Ser” (Sobre la línea, pág. 53). Heideggeriana: PreguntaSer

Usted escribe: “el instante en que se pasa la línea trae una nueva DONACIÓN del Ser y con ello comienza a relampaguear lo que es real”. Heideggeriana: PreguntaSer

La frase es fácil de leer, pero difícil de pensar. Ante todo quisiera preguntar, si no es más bien a la inversa, que sólo la nueva DONACIÓN del Ser trae el instante para el paso de la línea. La pregunta parece sólo invertir su frase. Pero el mero invertir es siempre un hacer capcioso. La solución que quisiera ofrecer sigue estando enredada en la pregunta que ha invertido. Su frase dice que lo “que es real”, por tanto lo real, es decir, el ente comienza a relampaguear, [407] porque el Ser nuevamente se dona. Por eso, preguntamos ahora más adecuadamente, si “el Ser” es algo por sí y si además y a menudo también se dona a los hombres. Presumiblemente es la DONACIÓN misma, pero todavía de modo encubierto, aquello que nosotros bastante perpleja e indeterminadamente llamamos “el Ser”. ¿Pero no tiene lugar semejante DONACIÓN también y de un modo extraño bajo el dominio del nihilismo, a saber, en el modo de que “el Ser” se aparta y se sustrae en la ausencia? Apartamiento y sustracción no son, sin embargo, nada. Imperan casi más apremiantemente sobre el hombre, de modo que le arrastran consigo, aspiran su esfuerzo y actuación y, finalmente, los absorben de tal modo en la vorágine extractora que el hombre puede opinar que tan sólo se encuentra consigo mismo. Pero, en verdad, su sí-mismo ya no es sino el desgaste de su ek-sistencia bajo el dominio de eso que usted caracteriza como el carácter total del trabajo. Heideggeriana: PreguntaSer

Sin duda, y si prestamos suficiente atención a ellas, la DONACIÓN y la retirada del Ser no se dejan representar, como si sólo afectaran de vez en cuando y por instantes a los hombres. La esencia humana consiste más bien en que siempre así como así se mantiene y vive en la DONACIÓN. Decirnos siempre del “Ser mismo” demasiado poco, si al decir “el Ser”, omitimos la pre-sencia para la esencia humana, y con ello desconocemos que esa esencia misma forma parte de “el Ser”. Decimos también siempre demasiado poco del hombre, si al decir “el Ser” (no el ser humano), ponemos el hombre para sí, y lo así puesto lo ponemos entonces otra vez en relación con el “Ser”. Pero también decimos demasiado, si pensamos en el Ser como lo omniabarcante y con ello representamos al hombre sólo como un ente especial entre otros (plantas, animales) y a ambos los ponemos en relación; pues ya en la esencia humana está la relación para con lo que, a través de la relación, el relacionar en sentido de necesitar, determina como “Ser” y así es sustraído a su supuesto “en y por sí”. El discurso sobre el “Ser” persigue el representar [408] de una perplejidad a la otra, sin que se pueda mostrar la fuente de este desconcierto. Heideggeriana: PreguntaSer

Pero todo va inmediatamente, al parecer, en la mejor dirección, si no descuidamos adrede lo pensado hace mucho tiempo: la relación-sujeto-objeto. Dice que a cada sujeto (hombre) le pertenece un objeto (Ser) y a la inversa. Cierto; si no fuera porque esa totalidad — la relación, el sujeto, el objeto —, se basa ya en la esencia de eso que, como se mostró, nos representamos de manera enteramente insuficiente como relación entre Ser y hombre. Subjetividad y objetividad se fundan ya por su parte en una peculiar apertura del “Ser” y de la “esencia humana”. Ella estabiliza el representar en la distinción de los dos como objeto y sujeto. Ésta vale desde entonces como absoluta y confina al pensar en un callejón sin salida. Una posición del “Ser”, que quisiera nombrar a “el Ser” teniendo en consideración la relación-sujeto-objeto, no medita lo que ya queda impensado en lo problemático. Y así queda pues el discurso sobre una “DONACIÓN del Ser” como un recurso de urgencia y enteramente problemático, porque el Ser consiste en la DONACIÓN, de modo que ésta nunca puede acceder al Ser. Heideggeriana: PreguntaSer

Pero sigue siendo una ganancia cuando experimentamos que aquello para lo que debe valer una buena definición, la esencia del nihilismo, nos remite a un ámbito que exige otro decir. Si pertenece al “Ser” la DONACIÓN, y además de modo que aquél consiste en ésta, entonces se disuelve el “Ser” en la DONACIÓN. Ésta se vuelve ahora lo digno de ser preguntado, y que como tal es pensado de aquí en adelante el Ser, que ha vuelto a su esencia y fusionado en ella. De acuerdo con esto la previsión pensante en este ámbito sólo puede aún escribir el “Ser” de la manera siguiente [411]: el . La tachadura en forma de cruz sólo proviene de modo inmediato, a saber, del hábito casi inextirpable de representar “el Ser” como un enfrente que existe por sí mismo, y que entonces sólo a veces sale al encuentro de los hombres. Conforme a esta representación tiene entonces la apariencia de como si el hombre fuera excluido del “Ser”. Sin embargo, no sólo no es excluido, es decir, no sólo es comprendido en el “Ser”, sino que “Ser” es quien, necesitando la esencia humana, está obligado a abandonar la apariencia del para-sí, por lo que es también de esencia distinta de lo que quisiera reconocer la representación de un conjunto que abarca la relación-sujeto-objeto. Heideggeriana: PreguntaSer

La pre-sencia se vuelve, en cuanto tal, hacia la esencia humana donde se consuma la DONACIÓN, en la medida en que aquélla, la esencia humana, se acuerda de ella. El hombre es en su esencia la memoria del Ser, pero del . Esto significa: que la esencia humana pertenece a lo que en la tachadura del Ser en forma de cruz requiere el pensar como mandato originario. La pre-sencia funda en la DONACIÓN, que en cuanto tal gasta en sí la esencia humana, el que la derroche para ella. Heideggeriana: PreguntaSer

Pensar propiamente el ser exige hacer caso omiso del ser tal y como es justificado e interpretado al estilo de toda metafísica, exclusivamente desde y para lo ente, como fundamento suyo. Pensar propiamente el ser exige dejar que siga su ruta el ser como fundamento de lo ente, mientras otorgamos nuestra preferencia al dar que entra ocultamente en juego en el desocupar, es decir, al Se da. En tanto que don, en tanto que DONACIÓN de este Se da, el ser pertenece al dar. El ser como don no queda al margen del dar. El ser, el estar presente, se transfigura. Como dejar-estar-presente pertenece al desocupar, como don de éste queda retenido en el dar. El ser no es. El ser Se da como el desocupar del estar presente. Heideggeriana: TempoYSer

La huida a semejante inversión sería demasiado fácil. Soslaya con el pensamiento la índole de la cosa. El acaecimiento entendido como “apropiación” o acaecimiento apropiador no es el concepto abarcante superior, bajo el cual se dejan ordenar ser y tiempo. Las relaciones de ordenación lógica aquí no dicen nada. Pues, si buscamos con el pensamiento el rastro al ser mismo y seguimos lo que tiene de propio, el ser se demuestra como el don, concedido en verdad mediante la regalía del tiempo, del destino de la presencia. El don, la DONACIÓN del estar presente es propiedad del apropiar. El ser desaparece en el acaecimiento apropiador. En la frase “el ser como el acaecimiento” significa el “como” ahora: ser, dejar estar presente destinado en el apropiar, tiempo ofrendado en el apropiar. Ser y tiempo apropiados en el acaecimiento apropiador. ¿Y este mismo? ¿Cabe decir todavía más del acaecimiento apropiador? Más se pensó, aunque no fue dicho con propiedad, durante el camino, y ello es: que al dar como destinar le pertenece el contenerse, y, asimismo, que en el ofrendarse de pasado y porvenir entran en juego la recusación de presente y la retención de presente. Lo ahora nombrado: contenerse, recusación, retención, muestra algo así como un retirarse, dicho brevemente: la retirada. Pero en la medida en que los modos por ésta determinados del dar, el destinar y el tender, reposan en el apropiar, ha de pertenecer la retirada a lo peculiar del acaecimiento apropiador. Dilucidar esto no es ya asunto de la presente conferencia. Heideggeriana: TempoYSer

Lo que aquí se llama lenguaje “natural” (el lenguaje corriente no tecnificado), es lo que en el título de esta conferencia hemos llamado lenguaje recibido, lenguaje tradicional. Tradición no es simple transmisión, es la conservación de lo primero y (digamos) principal (de lo Anfängliches), la custodia y guarda de nuevas posibilidades del lenguaje ya hablado. Éste contiene él mismo lo inhablado y hace DONACIÓN de ello. La “tradición” del lenguaje, así entendida, es efectuada por el lenguaje mismo y, por cierto, de modo que el hombre es empleado para decir de nuevo el mundo desde el lenguaje así mantenido, haciendo de este modo que salga a la luz, que salga a brillar y verse lo todavía no visto. Ése es el oficio del poeta. Heideggeriana: LinguagemTecnica

El carácter de este pensar fue en múltiples ocasiones descrito como “paso atrás”. A éste se le entiende primero como un “desde… y un “hacia… Así el pensar de Heidegger sería el movimiento desde la apertura del ente hacia la apertura como tal, que queda oculta en el ente abierto. Sin embargo, en el título “paso atrás” es pensada aún otra cosa. El paso atrás retrocede ante, cobra distancia respecto de lo que ha de advenir. El ganar la distancia es un a-lejamiento, la libre DONACIÓN del acercarse de lo que hay que pensar. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer

Esta respuesta lleva a interrogarse por el sentido griego del saber. En griego, saber se dice noein e idein — ambos nombran el ser — abierto a lo que llega a darse. De aquí se puede comprender la relación del to auto parmenídeo y el logos de Heráclito: ambos nombran esa DONACIÓN en la que el ser se da. Heideggeriana: SeminarioThor1969

¿Cuál es por consiguiente el lazo que une y refiere uno al otro el sentido y la verdad (como desocultamiento)? En sentido corriente, sentido significa significación. Así por ejemplo el título de Brentano: De la significación múltiple del ente en Aristóteles. El sentido es comprendido aquí como DONACIÓN de sentido, es decir como atribución de una significación. También en Husserl, en el capítulo de las Investigaciones lógicas llamado “Expresión y significación”, se trata de actos “dadores de significación”. Heideggeriana: SeminarioThor1969

No es ya la entrada en presencia lo que está subrayado, sino el dejar mismo. Es gibt, entonces, significa estrictamente: “dejar el entrar en presencia”. No es ya del todo la presencia del ente lo que llama la mirada, sino eso sobre el fondo de lo cual ella se desprende, ocultándolo — el dejar mismo, la DONACIÓN de “el donar que sólo da su DONACIÓN pero que, dándose de ese modo, sin embargo se retiene y se sustrae” (Tiempo y Ser). Heideggeriana: SeminarioThor1969

Submitted on 19.09.2023 10:12
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