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historiográfica

Definition:
Por todas partes, la situación historiográfica queda desmembrada; éste es, en efecto, el punto de partida y la meta de la sujeción del ente en el sentido de un aseguramiento del puesto y de las relaciones del hombre en medio del mismo. La historiografía, consciente o inconscientemente, está al servicio de la voluntad de las diferentes humanidades de instaurarse en el ente de acuerdo con un orden abarcable. Tanto la voluntad del nihilismo comúnmente entendido y de su acción como la voluntad de superación del nihilismo se mueven en el cómputo historiográfico del espíritu historiográficamente analizado y de las situaciones histórico-universales. Heideggeriana: NiilismoSer

La historia en cuanto ser, en cuanto proviene incluso de la esencia del ser mismo, permanece impensada. Por eso, toda reflexión historiográfica del hombre sobre su situación es una reflexión metafísica y forma parte, ella misma, del esencial dejar fuera del permanecer fuera del ser. Es necesario pensar el carácter metafísico de la historiografía si hemos de medir el alcance de la reflexión historiográfica que en ocasiones se cree llamada, si no a salvar, por lo menos a aclarar al hombre que resulta puesto en juego en la época en que llega a su acabamiento la inesencia del nihilismo. Heideggeriana: NiilismoSer

Sin embargo, aún queda sin aclarar la cuestión más inmediata, a saber por qué la idea de valor domina ante todo el pensamiento de Nietzsche y posteriormente, las "cosmovisiones" desde finales del siglo pasado. En efecto, este papel de la idea de valor no es en verdad de ningún modo obvio. Lo muestra ya la referencia histórica de que sólo desde la segunda mitad del siglo XIX ha pasado a un primer plano en esa forma explícita, llegando a dominar como si fuera una obviedad. Con demasiada facilidad nos dejamos engañar y rehuimos este hecho porque toda consideración historiográfica se apodera inmediatamente del modo de pensar dominante en su respectivo presente y lo convierte en el hilo conductor siguiendo el cual contempla y redescubre el pasado. Los historiógrafos están siempre orgullosos de estos descubrimientos y no se dan cuenta de que ya habían sido hechos antes de que ellos comenzaran posteriormente su trabajo. Así, apenas surgió la idea de valor comenzó a hablarse, y se sigue aún hablando, de "valores culturales" de la Edad Media y de los "valores espirituales" de la Antigüedad, aunque ni en la Edad Media hubo algo así como "cultura" ni menos aún en la Antigüedad algo así como "espíritu" y "cultura". Espíritu y cultura, como queridos y experimentados modos fundamentales del comportamiento humano, sólo los hay desde la época Moderna, y "valores", como criterios de medida impuestos para tal comportamiento, sólo en la época reciente. De esto no se desprende que las épocas anteriores carecieran de cultura, en el sentido de que estuvieran hundidas en la barbarie, sino sólo lo siguiente: que con los esquemas "cultura" e "incultura", "espíritu" y "valor" nunca alcanzaremos en su esencia, por ejemplo, la historia de la humanidad griega. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Con el comentario que se ha hecho hasta ahora del párrafo A debería ya resultar claro que Nietzsche no acumula aquí indiscriminadamente "tres formas" del nihilismo. Tampoco quiere simplemente describir tres modos en los que se han puesto los valores supremos válidos hasta el momento. Reconocemos con facilidad que las tres formas citadas del nihilismo mantienen entre sí una relación interna y constituyen, en su conjunto, un peculiar movimiento, es decir una historia. Es cierto que Nietzsche no nombra aquí en ningún sitio formas historiográficamente conocidas y comprobables de la posición de valores supremos, que no nombra en ningún momento las conexiones históricas, aptas de una exposición historiográfica, de esas postulaciones que podemos designar como posiciones metafísicas fundamentales. Y sin embargo está pensando en ellas. Quiere mostrar cómo, sobre la base de la conexión interna de estas Posiciones de valores supremos, el nihilismo no sólo surge sino que además se convierte en una historia de un tipo único que se encamina hacia un preciso estado histórico. Nietzsche resume así la exposición de las tres "formas" del nihilismo: ¿Qué ha ocurrido en el fondo? Al comprenderse que no es lícito interpretar el carácter total de la existencia ni con el concepto de "fin", ni con el concepto de "unidad", ni con el concepto de "verdad", se ha llegado al sentimiento de carencia de valor. Con ello no se ha llegado a nada, no se ha alcanzado nada; en la multiplicidad del suceder falta la unidad que la abarque: el carácter de la existencia no es "verdadero", es falso..., simplemente no se tiene ya ninguna razón para insistir en un mundo verdadero..." Heideggeriana: NiilismoEuropeu

No podemos ahora seguir postergando la ya rozada pregunta acerca de si y de qué modo a esta historia esencial del nihilismo le corresponde la realidad histórica que se suele constatar de manera historiográfica. Inmediatamente, Nietzsche no dice nada al respecto, así como tampoco caracteriza de modo explícito su exposición como historia esencial del nihilismo. Sin embargo, hay indicios de que tiene en vista la historia "real", sobre todo cuando comenta la tercera forma del nihilismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Estamos tentados de pasar simplemente por alto este hecho o de catalogar esta interpretación de la historia de la metafísica como la visión historiográfica de la historia de la filosofía que le resultaba más cercana. Estaríamos entonces sólo ante una visión historiográfica junto a otras. Así, en el curso de los siglos XIX y XX la historiografía erudita se ha representado la historia de la filosofía a veces desde el horizonte de la filosofía de Kant o de la filosofía de Hegel, a veces desde el de la Edad Media, aunque con mayor frecuencia, por cierto, desde un horizonte que, gracias a la mezcla de las más diversas doctrinas filosóficas, aparenta una amplitud y una validez universal por la que todos los enigmas desaparecen de la historia del pensamiento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si consideramos además la prueba de la copertenencia esencial entre posición de valores y voluntad de poder, se muestra que: la interpretación nietzscheana de toda metafísica desde el pensamiento del valor hunde sus raíces en la determinación fundamental del ente en su totalidad como voluntad de poder. Este nombre es la palabra fundamental de la metafísica de Nietzsche. Ni Hegel ni Kant, ni Leibniz ni Descartes, ni el pensamiento medieval ni el helenístico, ni Aristóteles ni Platón, ni Parménides ni Heráclito saben de la voluntad de poder como carácter fundamental del ente. Por consiguiente, cuando Nietzsche ve la metafísica como tal y toda su historia en el círculo visual de la posición de valores, esta historia cae con ello en una perspectiva unilateral y la consideración historiográfica regida por ella se vuelve no verdadera. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Pero hay en general algo así como una consideración de la historia que no sea unilateral, una consideración que la abarque por todos sus lados? ¿No tiene cada presente que ver e interpretar el pasado desde su círculo visual? ¿No se vuelve "más vivo" su conocimiento historiográfico cuanto más decididamente asume su función directiva el respectivo círculo visual del respectivo presente? El propio Nietzsche, en una de sus obras tempranas, en la segunda de sus Consideraciones intempestivas, bajo el título "De la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida", ¿no ha exigido acaso y fundamentado con la mayor insistencia que la historiografía debe servir a la vida, y que sólo puede hacerlo si previamente se libera de la ilusión de una pretendida "objetividad en sí" historiográfica? Si esto es así, nuestra indicación de que Nietzsche interpreta la historia de la metafísica desde su propio planteamiento como una historia de la posición de valores difícilmente puede servir de objeción y reparo, ya que no hace más que confirmar la autenticidad de su pensar histórico. Podría ser, incluso, que con la interpretación nietzscheana de la metafísica desde el pensamiento del valor se "comprendiera mejor" a la metafísica anterior de lo que ella misma podía comprenderse, en la medida en que sólo esa interpretación le concedería la palabra para decir lo que había querido pero aún no había podido decir. Si fuera así, la concepción de Nietzsche de las categorías y de las categorías de la razón como valores supremos y en general, como "valores" no sería una deformación de la realidad histórica sino más bien la liberación de los valores metafísicos anteriores hacia su auténtico contenido creativo o, por lo menos, un enriquecimiento del mismo. Si, además, el fundamento de la concepción nietzscheana de toda metafísica, la interpretación del ente en su totalidad como voluntad de poder, se moviera totalmente en los cauces del pensamiento metafísico anterior y llevara a su acabamiento su pensamiento fundamental, entonces la "imagen de la historia" de Nietzsche estaría en todo aspecto justificada y se mostraría como la única posible y necesaria. Pero en ese caso no habría ya ninguna escapatoria ante la tesis de que la historia del pensar occidental se desarrolla como una desvalorización de los valores supremos y que, de acuerdo con este volverse nulos de los valores y con la caducidad de los fines, es y tiene que volverse "nihilismo". Heideggeriana: NiilismoEuropeu

De estas reflexiones se desprende lo siguiente: la indicación de que Nietzsche proyecta retroactivamente su propia posición metafísica fundamental - voluntad de poder como carácter fundamental del ente, posición de valores, origen de la posición de valores en la voluntad de poder - a la historia anterior de la metafísica no debe utilizarse como una fácil objeción para imputarle una deformación de la imagen de la historia o rechazar la legitimidad del pensamiento del valor. Incluso si tenemos que conceder que la interpretación que hace Nietzsche de la metafísica no coincide con lo que enseña la metafísica anterior, esa concesión necesita previamente de una fundamentación que vaya más allá de la mera prueba historiográfica de la diferencia entre la metafísica de Nietzsche y la anterior. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Y sin embargo sucumbiríamos a una fatal equivocación si supusiéramos que las posiciones metafísicas fundamentales son del mismo tipo basándonos en una cierta igualdad de las palabras y los conceptos utilizados, los contenidos de los cuales, para la usual comparación historiográfica de opiniones doctrinales ya dadas, quedan confundidos y aplanados en la indeterminación de conceptos "filosóficos" de la máxima generalidad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

No se trata, por lo tanto, de que ya en épocas anteriores hubiera poder y de que en un cierto momento, digamos desde Maquiavelo, se hubiera impuesto de manera unilateral y exagerada, sino que el "poder", rectamente entendido en su sentido moderno, es decir como voluntad de poder, sólo se vuelve metafísicamente posible como historia moderna. Lo que reinaba anteriormente es, en su esencia, algo diferente. Pero exactamente de la misma manera en que se toma al "subjetivismo" como algo obvio y se revisa entonces la historia, desde los griegos hasta el presente, buscando sus diferentes formas, así también se rastrea historiográficamente la historia de la libertad, del poder y de la verdad. De este modo, la comparación historiográfica obstruye el camino a la historia. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Tenemos aquí el ejemplo más palpable del solapamiento de un nuevo comienzo del pensar metafísico con el pensar anterior. Esto es lo que tiene que constatar una descripción historiográfica de los contenidos y los modos doctrinales de Descartes. Por el contrario, la meditación histórica sobre el preguntar en sentido propio tiene que insistir en pensar en sus proposiciones y conceptos el sentido querido por Descartes mismo, aunque para ello fuera necesario traducir en otro "lenguaje" sus propios enunciados. Sum res cogitans no quiere decir, pues: soy una cosa que está equipada con la propiedad de pensar, sino: soy un ente cuyo modo de ser consiste en el representar, de modo tal que ese re-presentar pone también en la representatividad al re-presentante mismo. El ser del ente que soy yo mismo, y que es en cada caso el hombre en cuanto tal, tiene su esencia en la representatividad y en la certeza que le corresponde. Pero esto no significa: yo soy una "mera representación", un mero pensamiento y nada verdaderamente real; sino que significa: la consistencia de mí mismo en cuanto res cogitans consiste en la segura fijación del representar, en la certeza conforme a la cual el sí mismo es llevado ante sí mismo. Pero puesto que el ego cogito, el "yo represento", no está tomado como un proceso aislado en un yo separado, puesto que el "yo" está comprendido como el sí mismo hacia el que el representar en cuanto tal se retrotrae por esencia, siendo así lo que es, por eso el cogito sum dice siempre esencialmente algo más. El ser del que representa, asegurado en el representar mismo, es la medida para el ser de lo representado, tomado en cuanto tal. Por ello, todo ente se mide de acuerdo con esa medida del ser, en el sentido de la representatividad asegurada y que se asegura a sí misma. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Pero antes de que intentemos el paso que nos conduzca a un conocimiento más originario de la esencia de la metafísica, tenemos que recordar nuevamente la posición metafísica fundamental de Nietzsche para que salga a la luz la conexión histórica - no la dependencia historiográfica - entre Nietzsche y Descartes. Esto se hará por medio de una discusión de la toma de posición de Nietzsche respecto de Descartes. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Por otra parte, el recurso a las obras de los grandes pensadores y al texto exacto y considerado en todos sus aspectos tampoco proporciona una garantía de que el pensar de ese pensador sea repensado de manera pensante y comprendido de modo más originario. De esto proviene que los historiógrafos de la filosofía que trabajan con mucha exactitud suelen contar cosas sumamente curiosas respecto de los pensadores que "investigan", mientras que un verdadero pensador, disponiendo de un relato insuficiente de este tipo, puede reconocer, sin embargo, algo esencial, por la simple razón de que, en cuanto es alguien que piensa y pregunta está de antemano cerca de quien piensa y pregunta, en una cercanía que no puede ser alcanzada por ninguna ciencia historiográfica, por más exacta que sea. Esto vale también para la toma de posición de Nietzsche respecto de Descartes. Es una mezcla de interpretaciones erróneas y comprensión esencial. Esto y el hecho de que Nietzsche está separado de los grandes pensadores por el difícilmente comprensible siglo XIX con lo que se pierde la línea simple de la conexión histórico-esencial, hacen que la relación de Nietzsche con Descartes sea muy complicada. Aquí nos limitaremos a lo más importante. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En los cuatro respectos se experimenta y se reivindica ya de antemano, aunque de manera implícita y quizás por el momento inexplicitable, a este Uno y Mismo: la referencia del hombre al ser. La estructura unitaria señalada por los cuatro respectos no es otra cosa que la relación del hombre con el ente, la conformación esencial de esa relación. Esta relación del hombre con el ente, que es la que se experimenta inmediata y exclusivamente, quizás sea lo que es sólo porque el hombre, en cuanto tal, está en referencia al ser. ¿Cómo habría de relacionarse el hombre con el ente, es decir experimentar el ente en cuanto ente, si no le fuera concedida la referencia al ser? Trataremos de aclararlo con una indicación particular. Suponiendo que quedara encubierta toda huella de la esencia de la historia y fuera denegado todo esclarecimiento de lo que es la historia en cuanto tal, también permanecería oculto el ente que llamamos histórico. En ese caso no sólo no podrían entrar en juego jamás la indagación, la comunicación y la tradición historiográfica, tampoco habría nunca ni en ninguna parte experiencia histórica ni, previamente, decisión y acción histórica. Y sin embargo, experimentamos los acontecimientos históricos y tomamos conocimiento de los relatos historiográficos como si fueran algo obvio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Lo que estas lecciones quieren es, por lo tanto, algo muy sencillo y muy provisional: proporcionar una guía para un pensar detenido y cuestionante del pensamiento fundamental nietzscheano. Esta guía no se pierde, sin embargo, en la enumeración de reglas y puntos de vista acerca de cómo debe hacerse tal cosa, sino que tiene lugar como un ejercicio. En la medida en que al hacerlo tratamos de pensar el pensamiento fundamental, cada paso será una meditación sobre lo que "acontece" en la historia occidental. Esta historia no se convertirá nunca en un objeto en cuya contemplación historiográfica nos perdamos; tampoco es un estado que podamos comprobar psicológicamente en nosotros. ¿Qué es entonces? Lo sabremos cuando comprendamos la voluntad de poder, es decir cuando no sólo podamos representarnos lo que significa ese conjunto de palabras sino que entendamos qué es eso: la voluntad de poder, un peculiar dominio del ser "sobre" el ente en su totalidad [bajo la forma velada del abandono del ente por parte del ser]. Heideggeriana: VontadePoder

Por eso, sólo tiene un interés historiográfico saber que Nietzsche "conocía" a Heráclito y lo apreció más que a nadie a lo largo de toda su vida, ya desde muy temprano, cuando aún se ocupaba exteriormente de sus tareas de profesor de filología clásica en Basilea. Filológico-historiográficamente quizás hasta podría demostrarse que la concepción nietzscheana de la verdad como "ilusión" "proviene" de Heráclito, o dicho con más claridad: que al leerlo lo había plagiado. Dejamos a los historiógrafos de la filosofía la satisfacción por el descubrimiento de este tipo de relaciones de plagio. Incluso suponiendo que Nietzsche hubiera tomado su determinación de la verdad como "ilusión" de aquella sentencia de Heráclito, queda siempre la pregunta de por qué se detuvo precisamente en Heráclito, cuya "filosofía" no era en aquel entonces de ninguna manera tan apreciada como se ha vuelto, por lo menos como moda exterior, desde Nietzsche. Se podría aún responder a esta pregunta indicando que ya cuando era estudiante de bachillerato Nietzsche admiraba especialmente al poeta Hölderlin, en cuyo Hyperion se alaban pensamientos de Heráclito. Pero la misma pregunta se plantea nuevamente: por qué apreciaba tanto precisamente a Hölderlin, en una época en que generalmente sólo se lo conocía de nombre y como un romántico fracasado. Con esta historiográfica ciencia de detectives dedicada a rastrear dependencias no avanzamos absolutamente nada, es decir no avanzamos jamás en dirección de lo esencial sino que sólo nos enredamos en parecidos y relaciones extrínsecas. Era necesario, sin embargo, aludir a lo superficial que resulta este proceder porque se suele designar al pensar nietzscheano como heraclíteo, pretendiendo que, con citar este nombre, ya se ha pensado algo. Pero ni Nietzsche es el Heráclito de finales del siglo XIX ni Heráclito un Nietzsche de la época de la filosofía pre-platónica. Por el contrario, lo que "es" , lo que aún acontece en la historia occidental - en la anterior, en la nuestra y en la próxima - es el poder de la esencia de la verdad, en el sentido de que en ella se muestra el ente en cuanto tal y en consecuencia, es aprehendido como eso que se representa en el re-presentar, representar que se comprende generalmente como pensar. Lo que es y lo que acontece consiste en la extraña circunstancia de que en el comienzo del acabamiento de la modernidad la verdad se determina corno "ilusión", determinación en la que las decisiones fundamentales del inicio se transforman, pero ejercen el dominio de manera no menos decidida. Heideggeriana: VontadePoder

La historia de la verdad del ser finaliza en la pérdida de su esencia inicial, prefigurada por el derrumbamiento de la no fundada aletheia. Pero al mismo tiempo se eleva necesariamente la apariencia historiográfica de que ahora se recuperaría en su forma originaria la unidad inicial de la physis pues ésta, ya en la primera época de la metafísica fue repartida en "ser" y "devenir". Lo así partido fue distribuido entre los dos mundos determinantes, el verdadero y el aparente. Heideggeriana: EternoRetorno

¿Pero - según se dice - qué podría significar la eliminación de la distinción entre ambas y la supresión de lo así distinguido sino reencontrar el camino a lo inicial y por lo tanto la superación de la metafísica? La doctrina de Nietzsche no es, sin embargo, superación de la metafísica, sino que es la más extrema y enceguecida reivindicación de su proyecto conductor. Por eso es algo esencialmente diferente de una débil reminiscencia historiográfica de antiguas doctrinas sobre el curso cíclico del acontecer universal. Heideggeriana: EternoRetorno

En la época de la acabada carencia de sentido llega a su cumplimiento la esencia de la época moderna. De cualquier modo que se calcule su concepto y su curso en el campo de la historiografía, cualesquiera que sean los fenómenos pertenecientes al ámbito de la política, de la creación, de la investigación de la naturaleza o del ordenamiento social con los que se quiera explicar la época moderna, ninguna meditación histórica puede pasar por alto estas dos determinaciones esenciales e interrelacionadas de su historia: que el hombre en cuanto subjectum se instaura y se asegura como centro de referencia del ente en su totalidad, y que la entidad del ente en su totalidad es comprendida como representatividad de lo producible y explicable. Si Descartes y Leibniz aportan algo esencial a la primera fundación metafísica explícita de la historia moderna - aquél con la determinación del ens como verum en el sentido del certum en cuanto índubitatum de la mathesis universalis, éste con la interpretación de la substantialitas de la substantia como vis primitiva con el carácter fundamental de la representación con dos términos, de la repraesentatio - la mención de estos nombres, que piensa en el sentido de la historia del ser, no tiene ya nunca el significado que tuvo que otorgarle la consideración historiográfica aún hoy usual de la historia de la filosofía y del espíritu. Heideggeriana: EternoRetorno

Submitted on 11.03.2007 13:45
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