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existencia humana

Definition:
¿Sabemos algo de esta misión espiritual? Tanto si lo sabemos como si no, la pregunta sigue siendo ineludible: ¿estamos nosotros, profesores y alumnos de esta alta escuela, enraizados auténticamente y en común en la esencia de la Universidad alemana? ¿Tiene esta esencia auténtica capacidad de informar nuestra existencia [Traduzco Dasein por "existencia". Aunque, como es bien sabido, Dasein es un término técnico del pensamiento heideggeriano que designa el hecho de que el hombre es el lugar o el "ahí" del ser, no me parece necesario, en el contexto de este discurso, hacer explícita referencia, mediante una traducción como "ser-ahí" o "ahí del ser", a esa especial característica ontológica. "Existencia" o "existencia humana" son suficientes para una correcta comprensión de este texto de Heidegger.]? Sólo, ciertamente, si queremos esta esencia a fondo. Pero, ¿quién podría dudar de ello? Suele, por lo general, verse en su "autonomía" [Selbstverwaltung: literalmente, "autoadministración", "autogobierno". Dejo "autonomía" por ser en español el término típico en el ámbito universitario.] el rasgo esencial predominante de la Universidad; autonomía que debe ser mantenida. Sólo que ¿hemos pensado del todo lo que exige de nosotros esta reivindicación de autonomía? Autonomía significa: ponernos nosotros mismos la tarea y determinar incluso el camino y el modo de su realización, para ser lo que debemos ser. Pero, ¿sabemos realmente quiénes somos nosotros, esta corporación de profesores y alumnos de la escuela superior del pueblo alemán? ¿Podemos saberlo, sin la más constante y severa autorreflexión? Ni el conocimiento del estado actual de la Universidad ni tampoco la familiaridad con su temprana historia garantizan ya un saber suficiente de su esencia; a no ser que, con claridad y dureza, delimitemos para el futuro esta esencia, en tal delimitación, la queramos, y, en tal querer, nos afirmemos nosotros mismos. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

La tercera vinculación del estudiantado es con la misión espiritual del pueblo alemán. Este pueblo forja su destino colocando su historia en medio de la manifiesta hegemonía de los poderes de la existencia humana que configuran el mundo y luchando, una y otra vez, por conseguir su mundo espiritual. Exponiéndose así a la extrema problematicidad de la existencia humana es como este pueblo quiere ser un pueblo espiritual. El exige, desde sí y para sí, a sus guías y guardianes la más severa claridad del más elevado, amplio y rico saber. Una juventud estudiante, que tempranamente se atreve a entrar en la edad viril y que extiende su voluntad sobre el destino venidero de la nación, se obliga radicalmente a ponerse al servicio de este saber. Para ella, este servicio del saber no podrá volver a ser la rápida y gris preparación para una profesión "distinguida". El político y el profesor, el médico y el juez, el cura y el arquitecto dirigen la existencia del pueblo y del Estado y la protegen y mantienen tensa en sus relaciones esenciales con los poderes que configuran el mundo; por eso, estas profesiones - y la educación para ellas - están sometidas al servicio del saber. El saber no está al servicio de la profesión, sino al revés: las profesiones hacen efectivo y administran ese supremo y esencial saber que el pueblo tiene sobre la totalidad de su existencia. Pero este saber no es para nosotros la tranquila captación de esencias y valores en sí, sino la aguda amenaza de la existencia en medio de la hegemonía del ente. La problematicidad de la existencia exige del pueblo trabajo y lucha, y le lleva forzosamente a su Estado, al que pertenecen las profesiones. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Gracias a la puesta en libertad de la energía atómica en cantidades gigantescas, la ciencia, gobernada por la técnica moderna, se ve ahora dispensada de seguir buscando nuevas fuentes de energía. Pero esta dispensa se torna al punto en un vínculo todavía más poderoso con la interpelación-y-exigencia de la proposición del fundamento. Es que ahora la investigación científica tiene que enderezar todos sus esfuerzos, en un nuevo estilo, a domesticar las energías naturales liberadas. ¿Qué significa esto? Lo que significa es: emplazar, de seguro, que la energía atómica sea utilizable; y, antes de eso, asegurar su calculabilidad de tal forma que ese seguro emplazamiento, por su parte, provoque constantemente la inserción de nuevos procedimientos de seguridad. De este modo, la prevalencia de la interpelación en pro del emplazamiento del fundamento suficiente se incrementa hasta lo imprevisible. Bajo la prevalencia de esa interpelación, se consolida el rasgo fundamental de la existencia humana actual, que labora en todas partes con miras a la seguridad. (Dicho sea de paso: Leibniz, el descubridor de la proposición fundamental del fundamento suficiente, es también el inventor del "seguro de vida".)Ahora bien, la labor de asegurar la vida tiene que asegurarse sin embargo a su vez, continua y renovadamente. La palabra conductora para esta actitud básica de la existencia actual es: información. Tenemos que escuchar esta palabra en su pronunciación anglo-americana. [203] Heideggeriana: Fundamento1956

Con esta reflexión nos acercamos a la esfera de las auténticas decisiones. La pregunta por la verdad de la "imagen de la historia" tiene mayor alcance que la pregunta por la corrección y el cuidado historiográfico en la utilización e interpretación de las fuentes. Aquélla toca la pregunta por la verdad de la posición histórica y de la relación con la historia incluida en ella. Pero si el nihilismo europeo no es sólo un movimiento histórico entre otros, si es el movimiento fundamental de nuestra historia, la interpretación del nihilismo y la postura que se adopte frente a él dependen de cómo y desde dónde se determine para nosotros la historicidad de la existencia humana. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En primer lugar, la teología trata de la existencia humana en cuanto ser ante Dios y de su temporalidad en su relación con la eternidad. Dios mismo no necesita ninguna teología; su existencia no está fundamentada en la fe. Heideggeriana: BZ

¿Qué es el tiempo de este ahora en el que miro el reloj? Por ejemplo, ahora, en el preciso instante en el que lo hago; ahora, cuando se apaga la luz. ¿Qué es el ahora? ¿Está el ahora a mi disposición? ¿Soy yo el ahora? ¿Es cualquier otra persona el ahora? De ser así, yo mismo y cualquier otra persona sería el tiempo. Y en nuestro ser juntamente con otros seríamos el tiempo - todos y ninguno. ¿Soy yo el ahora, o solamente aquel que afirma esto? ¿Con o sin reloj expreso? Ahora, al anochecer, al amanecer, esta noche, hoy: aquí topamos con un reloj con el que siempre ha operado la existencia humana, el reloj natural de la alternancia del día y de la noche. Heideggeriana: BZ

¿Qué explicación tiene el hecho de que la existencia humana ya se haya procurado un reloj antes de todos los relojes de bolsillo y relojes solares? ¿Dispongo del ser del tiempo, y me refiero juntamente a mí mismo cuando digo "ahora"? ¿Soy yo mismo el ahora y es mi existencia el tiempo? ¿O finalmente es el tiempo mismo el que se proporciona el reloj en nosotros? En el libro XI de sus Confesiones San Agustín planteó la pregunta de si el espíritu mismo es el tiempo. Y luego dejó ahí estancada su pregunta. "In te, anime meus, tempora metior; noli mihi obstrepere: quod est; noli bibi obstrepere turbis affectionum tuarum. In te, in quam, tempora metior; affectionem quam res praetereuntes in te faciunt, et cum illae praeterierin manet, ipsam metior praesetem, non eas quae praeterierunt ut fieret: ipsam metior, cum tempora metior". Parafraseando el texto según su sentido: "En ti, espíritu mío, mido los tiempos. A ti te mido cuando mido el tiempo. No te atravieses en mi camino con la pregunta: ¿cómo es esto? No me induzcas a apartar la vista de ti a través de una falsa pregunta y tampoco obstruyas tu camino con la perturbación de lo que pueda afectarte. En ti - repito una y otra vez - mido el tiempo. Las cosas que pasan y te salen al encuentro producen en ti una afección que permanece, mientras ellas desaparecen. Mido la afección en la existencia presente, no las cosas que pasan produciéndola. Repito que es mi manera de encontrarme lo que yo mido cuando mido el tiempo" Heideggeriana: BZ

Primeramente, la teología trata de la existencia humana (menschliches Dasein) como ser ante Dios, trata de su ser temporal en su relación con la eternidad. Dios mismo no requiere de teología, su existencia no está fundada por la fe. Heideggeriana: BZ

El tiempo ahora (die Zeit jetzt) que veo en el reloj: ¿qué es este ahora? Ahora, que hago esto; ahora, por ejemplo, que se va la luz. ¿Qué es el ahora? ¿Está el ahora a mi disposición? ¿Soy yo el ahora? ¿Es cada otra persona el ahora? Entonces el tiempo sería yo mismo, y cada otra persona sería el tiempo. En nuestro estar-uno-con-otro (Miteinander) seríamos el tiempo - ninguno y cada uno. ¿Soy yo el ahora, o sólo aquél que lo dice? ¿Con o sin un reloj explícito? Ahora, por la tarde, en la mañana, esta noche, hoy: aquí nos topamos con un reloj que la existencia humana ha adoptado desde siempre, el reloj natural de la alternancia de día y noche. Heideggeriana: BZ

¿Qué hay (welche Bewandtnis hat es) con que la existencia humana se haya procurado un reloj ya antes de todos los relojes de bolsillo y de sol? ¿Dispongo del ser del tiempo y me refiero también a mí mismo en el ahora? ¿Soy yo mismo el ahora y mi existencia el tiempo? ¿O es, por fin, el tiempo mismo el que en nosotros se procura el reloj [vi]? En el Libro XI de sus Confesiones, Agustín llevó la cuestión hasta el punto de si el espíritu mismo es el tiempo. Y Agustín dejó detenida la cuestión en este punto. "In te, anime meus, tempora metior; noli mihi obstrepere: quod est; noli tibi obstrepere turbis affectionum tuarum. In te, inquam, tempora metior; affectionem quam res praeteruntes in te faciunt, et cum illae praeterierint manet, ipsam metior praesentem, non ea quae praeteriunt ut fieret: ipsam metior, cum tempora metior." Parafraseando: "En ti, mi espíritu, mido los tiempos; te mido a ti, al medir el tiempo. No te me atravieses con la pregunta: ¿cómo es eso? No me desvíes a mirar lejos de ti por una falsa pregunta. No te salgas tú mismo al camino con la confusión de qué pueda concernirte a ti mismo. En ti, vuelvo a decir una y otra vez, mido el tiempo; las cosas pasajeras que salen al encuentro te traen a un hallarte-dispuesto (Befindlichketi) que permanece, mientras aquellas desaparecen. La disposición la mido en la existencia presente, no las cosas que pasan. Mi propio encontrarme-a-mí-mismo, repito, lo mido cuando mido el tiempo." Heideggeriana: BZ

El problema del ser se ha hecho nítido, en conformidad con esto, como problema central, universal y radical. Tenemos una visión de lo que significa preguntar en general por la interna posibilidad de algo así como la comprensión de ser, la cual es la característica esencial de la existencia humana. Ahora bien: al caracterizar la trascendencia vulgarmente entendida, la óntica, vimos cómo ella reside en la intencionalidad, de modo que el comportamiento relativo al ente, el comportamiento óntico, presupone la comprensión de ser, esto es, que la misma trascendencia óntica está todavía fundada en la originaria, en la architrascendencia (Urtranszendenz), la cual tiene, por tanto, relación con la comprensión de ser. La problemática que concierne a este problema ha sido ahora mostrada, y esto, retrospectivamente, quiere decir que el problema de la trascendencia y, por tanto, el problema de la verdad y, con ello, el problema del fundamento, sólo pueden ser planteados en la dimensión problemática que traza el problema del ser sin más. En otras palabras: el problema de la trascendencia ha de plantearse de manera tan universal y radical como el problema del ser en general. No es, por tanto, un problema que estuviese restringido a la relación del sujeto con las cosas independientes de él, ni es una pregunta por una determinada región del ente. Pero tampoco se debe hacer alto o bien empezar con una relación sujeto-objeto caída de alguna manera del cielo, sino que, a propósito de la trascendencia, tal como a propósito del problema del ser en general, la subjetividad del sujeto mismo es la pregunta central. Heideggeriana: TranscendenciaST

Puesto que ser sólo se da, en cuanto que ya el ente es, precisamente, en el Ahí, reside en la ontología fundamental, de manera latente, la tendencia a una transformación metafísica originaria, que sólo se hace posible si el ser es comprendido en su plena problemática. La interna necesidad de que la ontología vuelva [al lugar] desde donde había partido puede patentizarse recurriendo al fenómeno primordial (Urphänomen) de la existencia humana: que el ente "hombre" comprende el ser; en la comprensión de ser reside a la vez la realización (Vollzug) de la diferencia de ser y ente; sólo se da ser cuando el Dasein comprende ser. En otras palabras: la posibilidad de que se dé ser en la comprensión tiene como presuposición la existencia fáctica del Dasein, y ésta, a su vez, el fáctico ser-presente (Vorhandensein) de la naturaleza. Precisamente en el horizonte del problema del ser radicalmente planteado se muestra que todo esto sólo es visible y puede ser comprendido como ser, si ya está ahí una totalidad posible de ente. Heideggeriana: TranscendenciaST

La metontología sólo es posible sobre la base y en la perspectiva de la problemática ontológica radical, y en unión con ésta; precisamente la radicalización de la ontología fundamental propulsa la mencionada reversión de la ontología desde ésta misma. Lo que aquí aparentemente separamos por medio de "disciplinas", proveyéndolo de títulos, es algo uno - ¡así como la diferencia ontológica es una o uno el fenómeno primordial de la existencia humana! Pensar el ser como ser del ente y aprehender radical y universalmente el problema del ser quiere decir, a la vez, hacer tema del ente, a la luz de la ontología, en su totalidad. Heideggeriana: TranscendenciaST

Esta particular relación mundana con lo ente mismo viene soportada y conducida por una actitud libremente escogida de la existencia humana. Es verdad que también se atienen a lo ente el hacer o dejar de hacer pre-científico y extra-científico del hombre. Pero lo sobresaliente de la ciencia es que, de un modo que le es propio y de manera única y expresa, le deja a la cosa misma la primera y última palabra. En este carácter de atención a la cosa misma propia del preguntar, determinar y fundamentar se consuma una supeditación particularmente delimitada a lo ente mismo para que sea él mismo el que tenga que revelarse. Esta actitud de servicio de la investigación y la teoría se despliega hasta llegar a ser el fundamento que le hace posible adquirir una posición propia de guía, aunque sea limitada, en el conjunto de la existencia humana. Naturalmente, la especial relación de la ciencia con el mundo y la actitud del hombre que guía tal relación sólo se entienden plenamente cuando vemos y captamos qué ocurre en esa relación con el mundo. El hombre - un ente entre otros - "hace ciencia". En este "hacer" lo que ocurre es nada menos que la irrupción de un ente, llamado hombre, en la totalidad de lo ente, de un modo tal, que en esa irrupción y por medio de ella el ente se abre en eso que él es y cómo es. Esta irrupción que abre es la que a su modo ayuda a lo ente a llegar a ser él mismo. Heideggeriana: OQM

Al hombre de la ciudad una estadía en el campo, como se dice, a lo más lo "estimula". Pero la totalidad de mi trabajo está sostenida y guiada por el mundo de estas montañas y sus campesinos. Ahora, mi trabajo allá arriba se ve interrumpido a menudo por largo tiempo debido a gestiones, viajes para dictar conferencias, discusiones y la actividad docente aquí abajo. Pero tan pronto retorno arriba se aglomera, ya desde las primeras horas de estadía en el albergue, todo el mundo de las antiguas preguntas y, por cierto, en el mismo cuño con que las dejé. Sencillamente soy trasladado al ritmo propio del trabajo y, en el fondo, no domino en ningún caso su ley oculta. Los hombres de la ciudad se maravillan a menudo de este largo y monótono quedarse solo entre los campesinos y las montañas. Sin embargo, esto no es ningún mero quedarse solo; pero sí soledad. En verdad en las grandes ciudades el hombre puede quedarse solo como apenas le es posible en cualquier otra parte. Pero allí nunca puede estar a solas. Pues la auténtica soledad tiene la fuerza primigenia que no nos aísla, sino que arroja la existencia humana total en la extensa vecindad de todas las cosas. Heideggeriana: Provincia1933

Con esto podemos estimar plenamente lo que significa: "Desde que somos un diálogo..." Desde que los dioses nos llevan al diálogo, desde que el tiempo es tiempo, el fundamento de nuestra existencia es un diálogo. La proposición de que el habla es el acontecimiento más alto de la existencia humana ha obtenido así su explicación y fundamentación. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Pero al ser nombrados los dioses originalmente y llegar a la palabra la esencia de las cosas, para que por primera vez brillen, al acontecer esto, la existencia del hombre adquiere una relación firme y se establece en una razón de ser. Lo que dicen los poetas es instauración, no sólo en sentido de donación libre, sino a la vez en sentido de firme fundamentación de la existencia humana en su razón de ser. Si comprendemos esa esencia de la poesía como instauración del ser con la palabra, entonces podemos presentir algo de la verdad de las palabras que pronunció Hölderlin, cuando hacía mucho tiempo la noche de la locura lo había arrebatado bajo su protección. Heideggeriana: EssenciaPoesia

Lo que el hombre hace y persigue lo adquiere y merece por su propio esfuerzo. "Sin embargo - dice Hölderlin en duro contraste -, todo esto no toca la esencia de su morada en esta tierra, todo esto no llega a la razón de ser de la existencia humana." Esta es "poética" en su fundamento. Pero nosotros entendemos ahora a la poesía como el nombrar que instaura los dioses y la esencia de las cosas. "Habitar poéticamente" significa estar en la presencia de los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas. Que la existencia es "poética" en su fundamento quiere decir, igualmente, que el estar instaurada (fundamentada) no es un mérito, sino una donación. Heideggeriana: EssenciaPoesia

La poesía no es un adorno que acompaña la existencia humana, ni sólo una pasajera exaltación ni un acaloramiento y diversión. La poesía es el fundamento que soporta la historia, y por ello no es tampoco una manifestación de la cultura, y menos aún la mera "expresión" del "alma de la cultura". Heideggeriana: EssenciaPoesia

El fundamento de la existencia humana es el diálogo como el propio acontecer del lenguaje. Pero el lenguaje primitivo es la poesía como instauración del ser. Sin embargo, el lenguaje es "el más peligroso de los bienes". Entonces la poesía es la obra más peligrosa y a la vez "la más inocente de las ocupaciones". Heideggeriana: EssenciaPoesia

La acción política, la obra del arte, la articulación del orden en la comunidad, el saber que piensa, la intimidad de la fé - todo esto no ha de cultivarse más como recintos de tareas de una "cultura", ni admite que se le ordene más únicamente en un "sistema cultural" ya existente. Este mismo se ha vuelto cuestionable, incluso el concepto de una cultura en el sentido de una realización de valores. Este cuestionamiento aún no experimentado hasta el momento, no significa de ninguna manera ya la barbarie - al revés, a partir de este cuestionamiento, aquellos ámbitos de acción de la existencia humana crean recién una zona esencial, que los saca del marco de la mera industria cultural [Kulturbetrieb] habida hasta ahora. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Este saber no trae nunca una inmediata exigencia de la existencia humana, sino más bien pone en la existencia del hombre aquella vacilación esencial, en virtud de la cual él puede detenerse en su apuro, para comprobar en su contención, si acaso él procede por el camino de la esencia o de la no-esencia. Es la contención de aquel saber, en la cual todas las cosas callan. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Para acertar al mismo tiempo y en una sola palabra en la relación del ser con la esencia del hombre, como también la relación esencial del hombre con el estar abierto del ser como tal, fue elegido para la esfera esencial en la que está el hombre como hombre, el nombre "estar-en-algo" [x]. Esto ocurrió pese a que la metafísica utiliza este nombre para lo que llama existencia, actualidad, realidad y objetividad; en el habitual modo de hablar se suele decir "existencia humana" en el sentido metafísico. Por ello se bloquea también todo pensamiento ulterior, cuando alguien se complace en establecer que en "El Ser y el Tiempo", se emplea "conciencia" en vez de la palabra "estar-en-algo". Como si aquí estuviera en cuestión la simple utilización de distintas palabras; como si no se tratara de lo único y exclusivo que es ponernos a pensar la relación del ser con la esencia del hombre y con ello, primeramente, traer las cuestiones dominantes a la experiencia esencial del hombre anterior al pensamiento. Ni sustituye la palabra "estar-en-algo" llamada "cosa", el lugar de aquello que se representa con el nombre "conciencia". Más bien se nombra con "estar-en-algo" lo que se experimenta, en primer término, como lugar, esto es, como lugar de la verdad del ser, y que debe llegar a ser pensado de modo comprensivo. Heideggeriana: EWM

Usted escribe (Sobre la línea, pág. 59): "La movilización total ha entrado en un estadio que supera en amenazas todavía al pasado. Sin duda el alemán ya no es su sujeto, y por ello crece el peligro de que se le comprenda como su objeto". Aun ahora sigue usted viendo, y ciertamente con razón, la movilización total como un carácter distintivo [393] de lo real. Pero cuya realidad ya no está para usted determinada por la "voluntad de (subrayado por mí) la movilización total" (El trabajador, pág. 148), y ya no de modo que esta voluntad pueda valer como la única fuente de "donación de sentido" justificadora de todo. Por eso, usted escribe (Sobre la línea, pág. 50): "No hay ninguna duda de que nuestra existencia (es decir, según la pág. 52 "las personas, obras e instituciones") se mueve en su totalidad sobre la línea crítica. Con ello se modifican peligros y seguridad". En la zona de la línea el nihilismo se aproxima a la consumación. El total de la "existencia humana" sólo puede cruzar la línea si esta existencia sale de la zona del nihilismo pleno. Heideggeriana: PreguntaSer

¿Qué pasa entonces con la perspectiva de un cruzar la línea? ¿Está ya la existencia humana en tránsito [394] trans lineam o sólo pisa el amplio predio ante la línea? Pero quizá nos fascina también un espejismo inevitable. Quizá aparezca súbitamente ante nosotros la línea-cero bajo la forma de una catástrofe planetaria. ¿Quién la cruza entonces? ¿Y qué pueden las catástrofes? Las dos guerras mundiales ni han detenido el movimiento del nihilismo ni lo han desviado de su dirección. Lo que usted dice (pág. 59) sobre la movilización total lo confirma. ¿Qué pasa ahora con la línea crítica? En cualquier caso, de modo que una explicación de su lugar pudiera despertar una meditación sobre si y en qué medida podemos pensar en un cruce de la línea. Heideggeriana: PreguntaSer

En un apunte del año 1884 apunta Nietzsche lo siguiente: "El hombre es el animal aún no confirmado. "(XIII, n. 667). La frase contiene dos pensamientos. Por una parte: la naturaleza del hombre aún no se ha encontrado, no se la ha averiguado. Y por otra: la existencia del hombre no se ha fijado, no se la ha asegurado. Sin embargo, un investigador americano ha declarado hoy: "El hombre va a ser el único animal capaz de dirigir su propia evolución." En todo caso, la cibernética se ve obligada a reconocer que hasta el momento no es posible llevar a cabo un control general de la existencia humana. Por ello, en el área universal de la ciencia cibernética, el hombre cuenta por ahora, todavía, como "factor de perturbación". Perturbando se lleva a efecto el aparentemente libre planificar y actuar del hombre. Heideggeriana: ArtePensar

Aunque recientemente la ciencia se ha apoderado también de este campo de la existencia humana. Ha emprendido la investigación y planificación estrictamente metódica del posible porvenir del hombre actuante. Ella computa las informaciones sobre aquello que va hacia el hombre como algo planificable. Este tipo de porvenir es el futurum para el lógos, que como futurología se somete al triunfo del método sobre la ciencia. El parentesco de esta joven disciplina de la ciencia con la cibernética es evidente. Heideggeriana: ArtePensar

Submitted on 04.03.2007 14:26
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