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paideia

Definition:
παιδεία / pedagogia / pedagogía / pédagogie

παιδεία (ή)

GA9 217-19, 222, 229, 234, 236, 320; GA10 19; GA17 13; GA18 209-11, 215, 216; GA19 216, 217, 219, 294-7, 300, 303, 306, 345, 360, 372-5, 532, 629; GA27 22, 225; GA28 351; GA34 112, 114, 116, 118, 233-5, 240, 247; GA36/37 206, 207, 217, 291; GA45 180; GA49 150; GA61 50; GA64 83, 124; EC4 112; GA86 862; GA87 280. (HC)


La humanitas es pensada por vez primera bajo este nombre expreso y se convierte en una aspiración en la época de la república romana. El homo humanus se opone al homo barbarus. El homo humanus es ahora el romano, que eleva y ennoblece la virtus romana al «incorporarle» la paideia tomada en préstamo de los griegos. Estos griegos son los de la Grecia tardía, cuya cultura era enseñada en las escuelas filosóficas y consistía en la eruditio e institutio in bonas artes. La paideia así entendida se traduce mediante el término «humanitas». La auténtica romanitas del homo romanus consiste precisamente en semejante humanitas. En Roma nos encontramos con el primer humanismo. Y, por eso, se trata en su esencia de un fenómeno específicamente romano que nace del encuentro de la romanidad con la cultura de la Grecia tardía. El que se conoce como Renacimiento de los siglos XIV y XV en Italia es una renascentia romanitatis. Desde el momento en que lo que le importa es la romanitas, de lo que trata es de la humanitas y, por ende, de la paideia griega. Y es que lo griego siempre se contempla bajo su forma tardía, y ésta, a su vez, bajo el prisma romano. También el homo romanus del Renacimiento se contrapone al homo barbarus. Pero lo in-humano es ahora la supuesta barbarie de la Escolástica gótica del Medioevo. De esta suerte, al humanismo históricamente entendido siempre le corresponde un studium humanitatis que remite de un modo determinado a la Antigüedad y a su vez se convierte también de esta manera en una revivificación de lo griego. Es lo que se muestra en nuestro humanismo del siglo XVIII, representado por Winckelmann, Goethe y Schiller. Por contra, Hölderlin no forma parte de este «humanismo» por la sencilla razón de que piensa el destino de la esencia del hombre de modo mucho más inicial de lo que pudiera hacerlo dicho «humanismo». 404 Heideggeriana: CartaH

Para concluir, [sometamos] la historicidad y la posibilidad de repetir a una prueba. Aristóteles solía enfatizar con frecuencia en sus escritos que lo más importante es la recta paideia, la originaria seguridad en un asunto, surgida de una familiaridad con el asunto mismo, la seguridad del adecuado trato con el asunto. Para corresponder al carácter de ser de lo que aquí es tema, tenemos que hablar temporalmente del tiempo. Repitamos temporalmente la pregunta de qué es el tiempo. El tiempo es el Cómo. Cuando se inquiere qué es el tiempo, no hay que apegarse prematuramente a una respuesta (el tiempo es esto y esto), que siempre enuncia un Qué. 3803 Heideggeriana: BZ

Pero, ¿por qué el acostumbrarse al momentáneo dominio ha de ser constante y lento? Ello es así porque dicha reversión concierne al ser hombre y, en consecuencia, se cumple en el fundamento de su esencia. Esto significa que la actitud reguladora que debe surgir mediante una reversión, tiene que ser desarrollada a partir de una relación que ya sustenta al hombre, y hacia un firme comportamiento. Este desacostumbrarse y acostumbrarse del ser humano al dominio momentáneamente a él asignado, es la esencia de lo que Platón llama la paideía. El vocablo no consiente traducción. Paideía significa, según la determinación de la esencia que da Platón, la periagoogée hólees tées psyjées, o sea el acompañamiento para la reversión de todo el hombre en su esencia. La paideía es, por lo mismo, esencialmente, un tránsito y, por cierto, desde la apaideusía a la paideía. Conforme a este carácter de tránsito, la paideía queda siempre referida a la apaideusía. Por lo menos, aunque no plenamente, basta para el vocablo paideía la palabra alemana "Bildung". Desde luego tenemos que restituirle a esta palabra su originaria facultad nominativa, y olvidar la falsa interpretación que le tocó en suerte en las postrimerías del siglo XIX, "Bildung" tiene un doble significado: es, una vez, un dar forma en el sentido de una acuñación que va desarrollándose. Pero este "dar forma", "da forma", es decir, impone su sello, por la conformidad anticipada con un aspecto regulador, el que, por eso mismo, se llama para-digma (o sea modelo pro-puesto, puesto al frente). "Bildung" es acuñación, especialmente, y acompañamiento mediante una imagen. La esencia opuesta a la paideía es la apaideusía, la falta de conformación, la incultura. En ella no ha surgido ni el desarrollo de la actitud fundamental, ni ha sido propuesto el paradigma regulador. 9100 Heideggeriana: PDT

La facultad interpretativa de la "alegoría de la caverna" concentrase en hacer visible y conocible la esencia de la paideía en lo gráfico de la historia narrada. Preventivamente Platón quiere también mostrar que la esencia de la paideía no consiste en verter meros conocimientos en el alma desprevenida como en un recipiente vacío cualquiera colocado delante, ya que, contrariamente a esto, la auténtica cultura aprehende y transforma al alma en su totalidad, en la medida en que previamente desplaza al hombre a su lugar esencial y a éste lo acostumbra. Que la esencia de la paideía, en la "alegoría de la caverna", debe ser reducida a imagen, lo dice y a con bastante claridad el párrafo con que Platón al comienzo del libro VII introduce la narración: Metá taúta dée, eípon, apeíkason toioútoo páthei téen heemeterán physin paideías te péri kaí apaideusías. "Hazte después de esta clase de experiencia (presentada a continuación) una visión (de la esencia) de la "cultura" como así también de la incultura, lo cual (conjuntamente por cierto) concierne a nuestro humano ser en su fundamento." 9102 Heideggeriana: PDT

La paideía hace mención al giro de todo el hombre en el sentido del desplazamiento, mediante habituación, del dominio de lo que de inmediato viene a su encuentro, a otro dominio en el cual el ente mismo aparece. Este desplazamiento sólo es posible a causa de que todo lo hasta entonces notorio para el hombre y el modo cómo fue ello notorio devienen otra cosa, algo distinto. Aquello a veces desoculto para el hombre y el modo de la desocultación tienen que experimentar una mudanza. Los griegos llamaron a esta desocultación aletheia vocablo que se traduce por "verdad", y "verdad" significa desde hace largo tiempo para el pensar occidental la congruencia de la representación mental con la cosa: adaequatio intelectus et rei. 9108 Heideggeriana: PDT

Pero no nos demos por satisfechos con traducir las palabras paideía y aléetheia sólo "literalmente"; más bien intentemos pensar en las palabras traducidas la esencia pertinente - relativa a los hechos - designada por el saber de los griegos, para reunir después simultáneamente "cultura" y "verdad" en una unidad esencial. Si tomamos seriamente la consistencia esencial de lo que la palabra aléetheia designa, surge entonces la pregunta de a partir de dónde determina Platón la esencia de la desocultación, interrogante cuya respuesta remite a la sustancia propiamente dicha de la "alegoría de la caverna", mostrando qué y de qué modo trata la "alegoría" sobre la esencia de la verdad. 9110 Heideggeriana: PDT

Pero si ya dentro de la caverna el apartar la mirada de las sombras hacia el resplandor del fuego y las cosas que en él se muestran es dificultoso y hasta se frustra, entonces el llegar a ser libre en el aire libre fuera de la caverna requiere totalmente la máxima paciencia y esfuerzo. La liberación no se sigue del mero desprenderse de las ligaduras y no consiste en el desenfreno, sino que comienza como la constante habituación en el fijarse de la mirada sobre los nítidos contornos de las cosas que se mantienen firmes en su aspecto. La liberación propiamente dicha es la persistencia en ese volverse hacia lo que aparece en su aspecto, y en este aparecer es lo más desoculto. De modo que la libertad sólo subsiste con este carácter como tal volverse hacia, el cual también realiza la esencia de la paideía, como una reversión. La perfección esencial de la "cultura" sólo puede, en consecuencia, realizarse en el dominio y sobre la base de lo más desoculto, es decir, de lo aleethéstaton, es decir, de lo más verdadero, o sea de la verdad propiamente dicha. La esencia de la "cultura" se funda en la esencia de la "verdad". 9124 Heideggeriana: PDT

En razón de que la paideía tiene su esencia en la periagogée hóles tées psyjées, ella es, como tal giro (o reversión), constantemente la superación de la apaídeusía. La paideía contiene en sí la esencial referencia retrospectiva a la incultura. Y si ya la "alegoría de la caverna", conforme a la propia interpretación de Platón, ha de tornar gráfica la esencia de la paideía, entonces esta ilustración tiene que hacer visible también precisamente este momento esencial, la constante superación de la incultura. Es por ello que en la historia la narración no concluye, como se cree, con la descripción del más alto escalón alcanzado en el ascenso desde la caverna. Por el contrario, pertenece a la "alegoría" el relato de un retorno del liberado a la caverna hasta los todavía encadenados, con el designio de apartarlos de lo que es para ellos lo desoculto y conducirlos ante lo más desoculto. Pero este liberador ya no se puede orientar en la caverna; corre el riesgo de sucumbir a la supremacía de la verdad allí reguladora, es decir, a la pretensión de la "realidad" común como la única, amenazándole la posibilidad de ser sacrificado, posibilidad que, en el destino de Sócrates, "maestro" de Platón, se hizo efectiva. 9126 Heideggeriana: PDT

De la esencia de la idea suprema resulta, para toda mirada circunspecta en el orden práctico, hoti deí taúteen ideín tón méllonta emphrónoos práxein ée idía ée deemosía (517 c, 4-5) , "que, quien quiera obrar con circunspección, sea en asuntos personales, sea en asuntos públicos, tiene que tenerla a la vista" (a la idea que como el hacer posible de la esencia de la idea, se denomina el bien). Quien quiera, pues, y deba obrar en un mundo determinado por "la idea", necesita ante todo de la visión de las ideas. La esencia de la paideía consiste, por tanto, también en liberar al hombre y afirmarlo para la lúcida constancia de la visión esencial. Ahora bien, puesto que, conforme a la propia interpretación platónica, la "alegoría de la caverna" ha de traer a imagen perceptible la esencia de la paideía, tiene también, por lo mismo, que relatar el ascenso hacia la visión de la idea suprema. 9150 Heideggeriana: PDT

A partir de allí, hay ya una tendencia a la "verdad" en el sentido de la justeza del mirar y de la posición de la mirada, siendo desde entonces decisiva para todas las posturas fundamentales con referencia al ente, la obtención de la recta visión de las ideas. La reflexión sobre la paideía y la mutación de la esencia de la aléetheia se corresponden como se ve en la misma historia del tránsito de morada en morada, expuesta en la alegoría de la caverna. 9176 Heideggeriana: PDT

Pero, ¿por qué el acostumbrarse al momentáneo dominio ha de ser constante y lento? Ello es así porque dicha reversión concierne al ser hombre y, en consecuencia, se cumple en el fundamento de su esencia. Esto significa que la actitud reguladora que debe surgir mediante una reversión, tiene que ser desarrollada a partir de una relación que ya sustenta al hombre, y hacia un firme comportamiento. Este desacostumbrarse y acostumbrarse del ser humano al dominio momentáneamente a él asignado, es la esencia de lo que Platón llama la paideía. El vocablo no consiente traducción. Paideía significa, según la determinación de la esencia que da Platón, la periagoogée hólees tées psyjées, o sea el acompañamiento para la reversión de todo el hombre en su esencia. La paideía es, por lo mismo, esencialmente, un tránsito y, por cierto, desde la apaideusía a la paideía. Conforme a este carácter de tránsito, la paideía queda siempre referida a la apaideusía. Por lo menos, aunque no plenamente, basta para el vocablo paideía la palabra alemana "Bildung". Desde luego tenemos que restituirle a esta palabra su originaria facultad nominativa, y olvidar la falsa interpretación que le tocó en suerte en las postrimerías del siglo XIX, "Bildung" tiene un doble significado: es, una vez, un dar forma en el sentido de una acuñación que va desarrollándose. Pero este "dar forma", "da forma", es decir, impone su sello, por la conformidad anticipada con un aspecto regulador, el que, por eso mismo, se llama para-digma (o sea modelo pro-puesto, puesto al frente). "Bildung" es acuñación, especialmente, y acompañamiento mediante una imagen. La esencia opuesta a la paideía es la apaideusía, la falta de conformación, la incultura. En ella no ha surgido ni el desarrollo de la actitud fundamental, ni ha sido propuesto el paradigma regulador. 9100 Heideggeriana: PDT

La facultad interpretativa de la "alegoría de la caverna" concentrase en hacer visible y conocible la esencia de la paideía en lo gráfico de la historia narrada. Preventivamente Platón quiere también mostrar que la esencia de la paideía no consiste en verter meros conocimientos en el alma desprevenida como en un recipiente vacío cualquiera colocado delante, ya que, contrariamente a esto, la auténtica cultura aprehende y transforma al alma en su totalidad, en la medida en que previamente desplaza al hombre a su lugar esencial y a éste lo acostumbra. Que la esencia de la paideía, en la "alegoría de la caverna", debe ser reducida a imagen, lo dice y a con bastante claridad el párrafo con que Platón al comienzo del libro VII introduce la narración: Metá taúta dée, eípon, apeíkason toioútoo páthei téen heemeterán physin paideías te péri kaí apaideusías. "Hazte después de esta clase de experiencia (presentada a continuación) una visión (de la esencia) de la "cultura" como así también de la incultura, lo cual (conjuntamente por cierto) concierne a nuestro humano ser en su fundamento." 9102 Heideggeriana: PDT

C’est pourquoi, au 4e chapitre du IV, livre de la Métaphysique, où il traite de ce qu’on appellera plus tard le principe de contradiction et de son fondement, Aristote observe : « C’est manquer de paideia que de ne pas savoir pour quelles choses il faut chercher une preuve et pour lesquelles il ne le, faut pas. » On ne peut traduire le mot grec paideia, encore à demi vivant dans notre terme savant pédagogie. Il évoque ici l’esprit éveillé, prêt à discerner chaque fois ce qui convient et ce qui ne convient pas. Que nous apprend la remarque d’Aristote? A qui se rend dans la région des principes, la paideia est nécessaire s’il ne doit, ni les tendre à l’excès, ni les sous estimer. La paideia : autant dire le don de discernement entre ce qui, face à des situations simples, est approprié et ce qui ne l’est pas. [GA10 62]

Submitted on 21.07.2019 22:27
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