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fenómeno originario

Definition:
ursprüngliche Phänomen

El uno es un existencial, y pertenece, como FENÓMENO ORIGINARIO, a la estructura positiva del Dasein. También él presenta distintas posibilidades de concretarse a la manera del Dasein. La fuerza y explicitud de su dominio pueden variar históricamente. STJR §27

Pero, ¿qué más puede mostrarse todavía en el estar-en-el-mundo fuera de los respectos esenciales del estar en medio del mundo (ocupación), del coestar (solicitud) y del ser-sí-mismo (quién)? A lo sumo queda todavía la posibilidad de darle al análisis una mayor amplitud por medio de la determinación comparativa de las variaciones del ocuparse y la circunspección, y de la solicitud y el respeto, y queda también la posibilidad de confrontar al Dasein con todo ente de otro tipo, mediante una explicación más precisa del ser de todo posible ente intramundano. incuestionablemente, queda todavía mucho por hacer en esta dirección. Lo expuesto hasta aquí necesitaría ser completado en muchos sentidos si se quisiera obtener una elaboración exhaustiva del apriori existencial de la antropología filosófica. Pero ésa no es la finalidad de la presente investigación. Su propósito está en la línea de una ontología fundamental. Por consiguiente, cuando preguntamos temáticamente por el estar-en, no pretendemos en modo alguno acabar con la originariedad de este fenómeno derivándolo de otros, es decir, sometiéndolo a una forma inadecuada de análisis, a un análisis que lo resolvería en sus elementos. Pero lo inderivable de un FENÓMENO ORIGINARIO no es excluyente de una posible multiplicidad de caracteres ontológicos constitutivos. Si aparecen tales caracteres, serán existencialmente cooriginarios. El fenómeno de la cooriginariedad de los momentos constitutivos ha pasado frecuentemente inadvertido en la ontología, como resultado de una tendencia metodológica incontrolada a buscar el origen de todas y cada una de las cosas en un «primer principio» elemental. STJR §28

El «problema de la realidad», es decir, el problema de la «existencia» y demostrabilidad de un mundo exterior, se revela como un imposible, y no porque de él se deriven aporías insolubles, sino porque el ente mismo que constituye el tema de este problema se niega, por así decirlo, a semejante cuestionamiento. El problema no estriba en demostrar que «exista» y cómo «exista» un «mundo exterior», sino en mostrar por qué el Dasein tiene, en cuanto estar-en-el-mundo, la tendencia a empezar por una «teoría del conocimiento», en la que sepulta el «mundo exterior» en la nada para hacerlo luego resucitar mediante demostraciones. La razón de ello se encuentra en la caída del Dasein y en el consiguiente desplazamiento de la comprensión primaria del ser hacia el ser en cuanto estar-ahí. Cuando, dentro de esta orientación ontológica, el cuestionamiento es «crítico», lo único que inmediatamente encuentra como ente que está-ahí con certeza es una pura «interioridad». Una vez desintegrado el FENÓMENO ORIGINARIO del estar-en-el-mundo, se realiza, sobre la base de lo que aún queda en pie, es decir, del sujeto aislado, su ensamblaje con un «mundo». STJR §43

El análisis partirá del concepto tradicional de verdad y procurará poner al descubierto sus fundamentos ontológicos (a). Desde esos fundamentos se tornará visible el FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad. A partir del FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad será posible mostrar el carácter derivado del concepto tradicional de verdad (b). Esta investigación dejará en claro que la pregunta por la «esencia» de la verdad necesariamente implica también la pregunta por el modo de ser de la verdad. A una con ello, se esclarecerá el sentido ontológico de la afirmación de que «hay verdad» y el tipo de necesidad que «nos obliga a suponer» que «hay» verdad (c). STJR §44

A su vez, el ser-verdadero, en cuanto ser-descubridor, sólo es ontológicamente posible en virtud del estar-en-el-mundo. Este fenómeno, en el que hemos reconocido una constitución fundamental del Dasein es el fundamento del FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad. Este último deberá ser examinado ahora más a fondo. STJR §44

b) El FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad y el carácter derivado del concepto tradicional de verdad STJR §44

Lo que anteriormente , en una interpretación en cierto modo dogmática, se expuso acerca del logos y la aletheia, ha recibido ahora su justificación fenoménica. La «definición» de la verdad que hemos propuesto no es un repudio de la tradición, sino su apropiación originaria, y lo será más claramente aun si se logra demostrar qué y cómo la teoría filosófica tenía que llegar a la idea de la concordancia en virtud del FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad. STJR §44

Sin embargo, lo que en el orden de las conexiones de fundamentación ontológico-existenciales es lo último, pasa óntica y fácticamente por ser lo primero y más inmediato. Pero la necesidad de este factum se funda, a su vez, en el modo de ser del Dasein mismo. Absorbiéndose en los quehaceres de la ocupación, el Dasein se comprende desde lo que comparece dentro del mundo. El estar al descubierto que forma parte del descubrir es algo que, dentro del mundo, encontramos inmediatamente en lo expresado. Pero no es sólo la verdad lo que comparece como algo que está-ahí, sino que, de un modo general, la comprensión del ser comprende todo ente, en primer lugar, como estando-ahí. La reflexión ontológica inmediata sobre la «verdad» que primero comparece ónticamente comprende, a su vez, el logos (enunciado) como un logos tinos (enunciado sobre…, estar al descubierto de…), pero interpreta este fenómeno como algo que está-ahí y en función de su posible estar-ahí. Pero, dado que ese estar-ahí es identificado con el sentido del ser en general, no puede siquiera surgir la pregunta si acaso este modo de ser de la verdad, y la estructura con que ella se presenta en primer lugar, son o no originarios. Es la propia comprensión del ser inmediatamente dominante en el Dasein y todavía hoy no superada de un modo radical y explícito la que encubre el FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad. STJR §44

En la interpretación siguiente tomaremos como un testimonio que responde a estas exigencias lo que la autointerpretación cotidiana del Dasein conoce como la voz de la conciencia. Que el «hecho» de la conciencia sea cuestionado, que su función como instancia para la existencia del Dasein sea apreciada en formas diferentes, y que «lo que ella dice» sea interpretado de diferentes maneras, sólo debiera conducirnos al abandono de este fenómeno, si la «dubitabilidad» de este factum o de su interpretación, no probara precisamente que aquí estamos frente a un FENÓMENO ORIGINARIO del Dasein. El siguiente análisis pone a la conciencia en el haber previo temático de una investigación puramente existencial que apunta hacia una ontología fundamental. STJR §54

Si ni siquiera la caracterización de la «mala» conciencia alcanza al FENÓMENO ORIGINARIO, esto vale todavía más para la caracterización de la «buena» conciencia, ya se la considere como una forma autónoma de la conciencia, ya como esencialmente fundada en la «mala» conciencia. Si la «mala» conciencia da a conocer un «ser-malo», la «buena» debiera dar a conocer el «ser-bueno» del Dasein. Se echa fácilmente de ver que de esta manera la conciencia, que antes era la «emanación del poder divino», se convierte ahora en esclava del fariseísmo. Ella tendría que hacer que el hombre dijera de sí mismo: «Yo soy bueno». ¿Quién puede decir esto, y quién estará más lejos de autoaprobarse que precisamente el bueno? Pues bien, esta insostenible consecuencia de la idea de la buena conciencia pone tan sólo de manifiesto que la conciencia proclama un ser-culpable. STJR §59

Si ya el carácter ontológico de su propio ser le resulta extraño al Dasein en razón del predominio de la comprensión cadente del ser (ser entendido como estar-ahí), más extraños aún le serán los fundamentos originarios de ese ser. No deberá sorprendernos, por consiguiente, que, en una primera mirada, la temporeidad no corresponda a eso que a la comprensión vulgar le es accesible como «tiempo». El concepto de tiempo de la experiencia vulgar del tiempo y la problemática que de ella deriva no pueden servir, pues, sin más, como criterios de la justeza de una interpretación del tiempo. Por el contrario, la investigación tiene que familiarizarse previamente con el FENÓMENO ORIGINARIO de la temporeidad; sólo a partir de él podrá clarificarse la necesidad y la índole del origen de la comprensión vulgar del tiempo, como también la razón de su predominio. STJR §61

El afianzamiento del FENÓMENO ORIGINARIO de la temporeidad se logra demostrando que todas las estructuras fundamentales del Dasein que hemos expuesto hasta ahora son, en el fondo, «tempóreas» en su posible totalidad, unidad y despliegue, y que deben ser concebidas como modos de temporización de la temporeidad. De esta manera, al haber puesto al descubierto la temporeidad, surge para la analítica existencial la tarea de repetir [wiederholen] el análisis ya hecho del Dasein, interpretando las estructuras esenciales en función de su temporeidad. Las líneas fundamentales de los análisis exigidos están bosqueja-das por la temporeidad misma. El capítulo se divide, según esto, de la manera siguiente: el modo existentivo propio del poder-estar-entero del Dasein como resolución precursora (§ 62); la situación hermenéutica alcanzada para una interpretación del sentido de ser del cuidado, y el carácter metodológico de la analítica existencial en general (§ 63); cuidado y mismidad (§ 64); la temporeidad como sentido ontológico del cuidado (§ 65); la temporeidad del Dasein y las consiguientes tareas de una repetición originaria del análisis existencial (§ 66). STJR §61

El análisis de la resolución precursora condujo, al mismo tiempo, al fenómeno de la verdad originaria y propia. Más arriba se mostró que la comprensión del ser inmediata y regularmente dominante comprende el ser en el sentido del estar-ahí, y de esta manera encubre el FENÓMENO ORIGINARIO de la verdad. Ahora bien, si sólo «hay» ser en tanto que la verdad «es», y si la comprensión del ser se modifica siempre según la índole de la verdad, entonces la verdad originaria y propia deberá garantizar la comprensión del ser del Dasein y del ser en general. La «verdad» ontológica del análisis existencial se configura sobre la base de la verdad existentiva originaria. En cambio, a ésta no le hace falta necesariamente aquélla. La más originaria y fundamental verdad existencial a que tiende – preparando, en definitiva, la pregunta por el ser – la problemática ontológico-fundamental es la apertura del sentido de ser del cuidado. Para poner al descubierto este sentido es necesario tener íntegramente a disposición el contenido estructural pleno del cuidado. STJR §63

Lo proyectado en el proyecto existencial originario de la existencia se reveló como resolución precursora. ¿Qué es lo que hace posible este modo propio del estar-entero del Dasein en lo que respecta a la unidad del todo estructural articulado? Desde un punto de vista existencial formal, y sin mencionar constantemente todo su contenido estructural, la resolución precursora es un estar vuelto hacia el más propio y eminente poder-ser. Esto último sólo es posible en tanto que el Dasein puede, en general, venir hacia sí mismo en su posibilidad más propia y en tanto que en este dejarse-venir-hacia-sí-mismo soporta esa posibilidad en cuanto posibilidad, es decir, existe. El dejar-se-venir hacia sí mismo soportando la posibilidad eminente, es el FENÓMENO ORIGINARIO del porvenir [Zukunft]. El hecho de que al ser del Dasein le pertenezca el estar vuelto hacia la muerte en forma propia o impropia, sólo es posible en cuanto ese ser es venidero, en el sentido recién indicado y todavía por precisar con más exactitud. «Futuro» no quiere decir aquí un ahora que todavía no se ha hecho «efectivo», «actual», y que recién más tarde llegará a ser, sino que mienta la venida en la que el Dasein viene hacia sí mismo en su más propio poder-ser. El adelantarse hace al Dasein venidero en forma propia, de tal suerte que el adelantarse mismo sólo es posible en la medida en que el Dasein, en cuanto ente, ya viene siempre hacia sí, es decir, es venidero en su ser mismo. STJR §65

El contenido fenoménico de este sentido, tomado de la constitución de ser de la resolución precursora, le da al término temporeidad su plena significación. El uso terminológico de esta expresión debe excluir, por lo pronto, todas aquellas significaciones del «futuro», el «pasado» y el «presente» que nos asaltan a partir del concepto vulgar de tiempo. Esto es válido también para los conceptos de «tiempo subjetivo» y «objetivo», o, correlativamente, «inmanente» y «trascendente». En la medida en que el Dasein inmediata y regularmente se comprende a sí mismo en forma impropia, es de suponer que el «tiempo» de la comprensión vulgar, pese a ser un fenómeno auténtico, sea empero un fenómeno derivado. Éste surge de la temporeidad impropia, la cual tiene también su propio origen. Los conceptos de «futuro», «pasado» y «presente» provienen, en primer lugar, de la comprensión impropia del tiempo. La delimitación terminológica de los correspondientes fenómenos originarios y propios se enfrenta con la misma dificultad que afecta a toda terminología ontológica. En este campo de investigación, la violencia hecha al lenguaje no es antojadiza, sino necesidad impuesta por las cosas mismas. Sin embargo, para poder exponer en forma cabal el origen de la temporeidad impropia a partir de la originaria y propia, será menester llevar a cabo primeramente una elaboración concreta del FENÓMENO ORIGINARIO, aclarado hasta ahora sólo de un modo rudimentario. STJR §65

La tentación de pasar por alto la finitud del futuro originario y propio y, por consiguiente, la finitud de la temporeidad, o de considerarla imposible a priori, proviene del constante presionar de la comprensión vulgar del tiempo. Si ésta conoce, con toda razón, un tiempo ilimitado y tan sólo éste, con ello no se ha demostrado aún que también comprenda ese tiempo y su «infinitud». ¿Qué quiere decir eso de que «el tiempo sigue su marcha» y que «sigue pasando»? ¿Qué sentido tiene, en general, ese «en el tiempo» y, en particular, la expresión «en el futuro» y «desde el futuro»? ¿En qué sentido «el tiempo» es ilimitado? Todo ello exige ser aclarado si las objeciones corrientes contra la finitud del tiempo originario no quieren quedar sin base. Pero esta aclaración sólo se podrá hacer si se ha logrado un planteamiento adecuado del problema de la finitud e in-finitud. Y éste surge de la visión comprensora del FENÓMENO ORIGINARIO del tiempo. El problema no puede formularse así: ¿cómo se convierte el tiempo infinito «derivado», «en el cual» lo que está-ahí llega a ser y deja de ser, en temporeidad originaria finita?, sino ¿cómo surge de la temporeidad finita propia la temporeidad impropia, y cómo temporiza ésta, en cuanto impropia, un tiempo in-finito desde el tiempo finito? Tan sólo porque el tiempo originario es finito puede el tiempo «derivado» temporizarse como in-finito. En el orden de la aprehensión comprensora, la finitud del tiempo se tornará plenamente visible sólo cuando se haya aclarado el «tiempo ilimitado», para ser contrastado con ella. STJR §65

Submitted on 18.07.2021 22:21
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