
Es verdad que, los incontables logros del desarrollo irresistible de la técnica despiertan todavía el parecer de que es el hombre el señor de la técnica. En verdad, empero, él es el siervo del poder que domina a todo el producir técnico. Este poder del provocante imponer acuña a los hombres como aquellos mortales reclamados y puestos por él para sí, y en ese sentido, utilizados. El poder imperante en la presencia de lo presente requiere y usa del hombre. En este usar se anuncia aquella relación de la presencia con el hombre, que exige de éste una peculiar correspondencia. Con la mirada puesta en esta relación se muestra la presencia de lo presente como la situación de un asunto que se sustrae al campo visual del pensar filosófico. Heideggeriana: AssuntoPensar