constitución tempórea

Category: Heidegger - Ser y Tiempo
Submitter: mccastro

constitución tempórea

zeitliche Konstitution

La interpretación tempórea del Dasein cotidiano debe comenzar con las estructuras en que se constituye la aperturidad. Ellas son: el comprender, la disposición afectiva, la caída y el discurso. Los modos de temporización de la temporeidad que deberán descubrirse en relación a estos fenómenos darán el fundamento para determinar la temporeidad del estar-en-el-mundo. Esto nos llevará de nuevo al fenómeno del mundo y permitirá acotar la problemática tempórea específica de la mundaneidad. Este trabajo deberá confirmarse mediante la caracterización del estar-en-el-mundo inmediatamente cotidiano, es decir, de la ocupación circunspectiva cadente. La temporeidad de esta última hace posible la modificación de la circunspección en percepción contemplativa y en el conocimiento teorético fundado en ella. La temporeidad del estar-en-el-mundo que así sale a luz, se muestra a la vez como fundamento de la específica espacialidad del Dasein. Será necesario mostrar la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA de la desalejación y de la direccionalidad. El conjunto de estos análisis revelará una posibilidad de temporización de la temporeidad que funda ontológicamente la impropiedad del Dasein, y conducirá ante la pregunta acerca del modo como debe comprenderse el carácter tempóreo de la cotidianidad, el sentido tempóreo del «inmediata y regularmente», del cual hemos hecho constante uso hasta ahora. La exposición de este problema hará ver hasta qué punto la aclaración del fenómeno alcanzada hasta ese momento es insuficiente. STJR §67

La resolución, que ya fue caracterizada en cuanto a su sentido tempóreo, representa el modo propio de la aperturidad del Dasein. Ésta constituye a un ente tal que, existiendo, puede ser, él mismo, su «Ahí». El sentido tempóreo del cuidado sólo fue caracterizado en sus rasgos fundamentales. Mostrar la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA concreta del cuidado significa interpretar tempóreamente cada uno de sus momentos estructurales, es decir, interpretar el comprender, la disposición afectiva, la caída y el discurso. Todo comprender tiene su estado de ánimo. Toda disposición afectiva es comprensora. El comprender afectivamente dispuesto tiene el carácter de la caída. La comprensión cadente y anímicamente templada articula su comprensibilidad en el discurso. La CONSTITUCIÓN TEMPÓREA de cada uno de estos fenómenos remonta cada vez a aquella temporeidad unitaria que hace posible la unidad estructural del comprender, la disposición afectiva, la caída y el discurso. STJR §68

El comprender no flota jamás en el vacío, sino que está siempre afectivamente dispuesto. Siempre el Ahí es abierto o cerrado cooriginariamente por el estado de ánimo. El temple anímico lleva al Dasein ante su condición de arrojado, pero de tal manera que ésta no queda conocida como tal, sino incluso mucho más originariamente abierta en el modo «como uno se siente». Estar arrojado significa existencialmente encontrarse de esta o aquella manera. La disposición afectiva se funda, pues, en la condición de arrojado. El estado de ánimo representa la manera como cada vez yo soy primariamente el ente arrojado. ¿Cómo puede hacerse visible la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA de la disposición afectiva? ¿Cómo puede descubrirse, a partir de la unidad extática de la correspondiente temporeidad, la conexión existencial entre la disposición afectiva y el comprender? STJR §68

La interpretación tempórea del comprender y de la disposición afectiva no sólo ha encontrado un éxtasis cada vez primario para el correspondiente fenómeno, sino que, además, se ha encontrado siempre con la temporeidad entera. Así como el futuro posibilita primariamente el comprender, y el haber-sido posibilita el estado de ánimo, de igual manera el tercer momento estructural constitutivo del cuidado, la caída, tiene su sentido existencial en el presente. El análisis preparatorio de la caída comenzó con una interpretación de la habladuría, de la curiosidad y de la ambigüedad. El análisis tempóreo de la caída debe seguir el mismo camino. Sin embargo, limitaremos nuestra investigación a la consideración de la curiosidad, porque en ella es donde resulta más fácil ver la específica temporeidad de la caída. En cambio, el análisis de la habladuría y de la ambigüedad presupone la aclaración de la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA del discurso y de la interpretación. STJR §68

Ni los tiempos de los verbos, ni tampoco los otros fenómenos tempóreos del lenguaje, como son los «modos verbales» y las «subordinaciones temporales», surgen del hecho de que el discurso «también» se expresa acerca de procesos «temporales», es decir, de procesos que comparecen «en el tiempo». Tampoco tienen su fundamento en el hecho de que el hablar transcurre «en un tiempo psíquico». El discurso es tempóreo en sí mismo, por cuanto todo discurrir que hable sobre…, de… y a. está fundado en la unidad extática de la temporeidad. Los modos verbales arraigan en la temporeidad originaria del ocuparse, se relacione éste o no con lo intratempóreo. Con el concepto tradicional y vulgar del tiempo, al que la ciencia del lenguaje se ve forzada a recurrir, el problema de la estructura tempóreo-existencial de los modos verbales no puede siquiera ser planteado. Pero, puesto que el discurso discurre siempre acerca del ente, aunque no lo haga primaria ni preponderantemente en el sentido del enunciado teorético, el análisis de la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA del discurso y la explicación de los caracteres tempóreos de las estructuras del lenguaje sólo podrán emprenderse cuando el problema de la conexión fundamental de ser y verdad haya sido desarrollado desde la problemática de la temporeidad. Entonces se podrá también definir el sentido ontológico del «es», que una superficial teoría de la proposición y del juicio ha desfigurado convirtiéndolo en simple «cópula». Sólo desde la temporeidad del discurso, es decir, desde la temporeidad del Dasein en general, podrá ser aclarado el «origen» de la «significación», y hacerse comprensible ontológicamente la posibilidad de una conceptualización. STJR §68

La aperturidad del Ahí y las posibilidades existentivas fundamentales que son la propiedad y la impropiedad, están fundadas en la temporeidad. Pero, la aperturidad concierne siempre cooriginariamente a la integridad del estar-en-el-mundo, es decir, al estar-en y al mundo. Tomando, pues, como punto de referencia la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA de la aperturidad, deberá poderse mostrar también la condición ontológica de la posibilidad de que haya un ente que existe como estar-en-el-mundo. STJR §68

El análisis de la temporeidad del ocuparse se orientará primeramente a ese modo de la ocupación que es el habérselas circunspectivo con los entes a la mano. En seguida examinará la posibilidad tempóreo-existencial de la modificación por la que el ocuparse circunspectivo se convierte en «mero» descubrimiento contemplativo del ente intramundano, sirviendo así de base para ciertas posibilidades de investigación científica. La interpretación de la temporeidad del circunspectivo y teorético estar ocupado en medio de los entes a la mano y que están-ahí dentro del mundo, mostrará también que esta misma temporeidad es previamente la condición de posibilidad del estar-en-el-mundo, en la que se funda, en definitiva, el estar en medio de los entes intramundanos. El análisis temático de la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA del estar-en-el-mundo nos llevará a las siguientes preguntas: ¿de qué manera es posible algo así como un mundo?, ¿en qué sentido el mundo es?, ¿qué es lo trascendido por el mundo y cuál su manera de trascenderlo?, ¿cuál es la «conexión» entre la «independencia» del ente intramundano y el mundo trascendente? La exposición ontológica de estas preguntas no equivale a su respuesta. En cambio, ella pone de manifiesto la necesidad de aclarar previamente las estructuras en función de las cuales se ha de plantear el problema de la trascendencia. La interpretación tempóreo-existencial del estar-en-el-mundo deberá considerar tres problemas: a) la temporeidad del ocuparse circunspectivo; b) el sentido tempóreo de la modificación por la que el ocuparse circunspectivo se convierte en conocimiento teorético de lo que está-ahí dentro del mundo; c) el problema tempóreo de la trascendencia del mundo. STJR §69

El nivel en el que ahora se mueve la investigación impone un nuevo límite a la interpretación del comportamiento teorético. Examinaremos el vuelco que experimenta el ocuparse circunspectivo con lo a la mano al transformarse en una investigación de lo que está-ahí dentro del mundo, tan sólo con el propósito preciso de profundizar en la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA del estar-en-el-mundo en general. STJR §69

Ahora bien, la totalidad estructural del cuidado tiene en la temporeidad un posible fundamento para su unidad. Por consiguiente, la aclaración ontológica de la «trama de la vida», es decir, de la específica extensión, movilidad y persistencia del Dasein, debe intentarse en el horizonte de la CONSTITUCIÓN TEMPÓREA de este ente. La movilidad de la existencia no es el movimiento de un ente que está-ahí. Se determina a partir del extenderse del Dasein. A esa específica movilidad del extenderse extendido la llamamos nosotros el acontecer del Dasein. La pregunta por la «trama» del Dasein es el problema ontológico de su acontecer. Poner al descubierto la estructura del acontecer y sus condiciones de posibilidad tempóreo-existenciales significa alcanzar una comprensión ontológica de la historicidad. STJR §72

Submitted on:  Sun, 18-Jul-2021, 09:45