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curso de la historia

Definition:
Esto, es decir pensar el devenir como ser de todo el ente, pensar la "voluntad de poder" desde el "eterno retorno de lo mismo", es lo que el espíritu de la metafísica de Nietzsche lleva a cabo como ideal de su máximo poderío. Por ello corresponde a la figura suprema del "nihilismo". En cuanto piensa una completa transvaloración de todos los valores válidos hasta el momento, la metafísica de Nietzsche lleva a su acabamiento la desvalorización de los valores supremos hasta el momento. Siendo "destructora" de este modo, forma parte del curso de la historia que ha tenido el nihilismo hasta el momento. Pero en la medida en que esta transvaloración se lleva a cabo expresamente desde el principio de la posición de valores, este nihilismo se ofrece al mismo tiempo como algo que, en su sentido, ya no es: en cuanto "destructor" es "irónico". Nietzsche comprende su metafísica como el nihilismo más extremo, de manera tal que éste, al mismo tiempo, no es ya un nihilismo. Heideggeriana: NiilismoSer

¿Pero qué quiere decir aquí "esencia" [Wesen]? De la palabra no rescatamos la idea de "esencialidades" [Wesenheiten]. En el término "esencia" percibimos lo esenciante [das Wesende]. ¿Cuál es "la esencia" de la metafísica? ¿Cómo esencia [west]? ¿Cómo impera en ella la referencia al ser? Ésta es la pregunta. Nuestro intento de responderla en el entorno de la meditación sobre la metafísica de Nietzsche resulta necesariamente insuficiente. Por otra parte, en la medida en que nuestro pensamiento proviene de la metafísica, queda siempre prendido de lo cuestionable. No obstante, tenemos que arriesgar algunos pasos. Nos atenemos a la pregunta que enunció Aristóteles como permanente pregunta del pensar: ¿qué es el ente? Toda pregunta, en cuanto pregunta, delimita el alcance y el tipo de la respuesta que en ella se pretende. Con ello delimita al mismo tiempo el ámbito de las posibilidades de responderla. Para pensar de modo suficiente la pregunta de la metafísica es necesario en primer lugar pensarla como pregunta, y no pensar en las respuestas que se le han dado en el curso de la historia de la metafísica. Heideggeriana: NiilismoSer

Tenemos que cuidarnos, sin embargo, de malinterpretar esta sentencia en un sentido moderno, gnoseológico, y ver en ella, por ejemplo, la distinción kantiana entre "fenómeno" y "cosa en sí", falseando además el concepto de "fenómeno" hasta convertirlo en "mera apariencia". El peso de la antigua sentencia griega descansa, por el contrario, en que lo que se muestra, lo que ofrece una visión, y por lo tanto la visión misma, vale como ente, porque "ente" quiere decir: surgir, phyein. Pero el presenciar que surge es un imperar que presencia, physis. Sólo bajo el poder de esta predeterminación inicial del ente como physis puede entenderse la posterior interpretación griega de la entidad del ente, o sea la interpretación platónica. En efecto, cómo habría de ser la "idea" lo más ente del ente si no estuviera previamente decidido que ser-ente quiere decir: mostrarse que surge y que presencia: ofrecer el aspecto (eidos), la visión (idea) que tiene una "cosa". dokeonta, "lo que en cada caso se muestra", no equivale para Heráclito a la opinión meramente subjetiva entendida en sentido moderno, y esto por dos razones: 1) porque dokein significa mostrarse, aparecer, dicho esto desde el ente mismo; 2) porque los primeros pensadores y los griegos en general nada sabían del hombre como un yo-sujeto. Precisamente el que goza de mejor parecer - y esto quiere decir: el más digno de fama - es aquel que tiene la fuerza de prescindir de sí y dirigir la mirada exclusivamente a lo que "es". Pero esto y precisamente esto es lo que se muestra, la visión y la imagen que se ofrece. El carácter de imagen no consiste en ser algo preparado, como por ejemplo en la copia que reproduce la imagen de algo. El sentido griego de "imagen" - si es que podemos utilizar esta palabra - es el llegar al aparecer, phantasia, y ésta comprendida a su vez como: entrar en la presencia. Con las mutaciones del concepto griego de ser en el curso de la historia de la metafísica se transforma correlativamente el concepto de imagen reinante en occidente. La "imagen", en la Antigüedad, en la Edad Media y en la Edad Moderna, no sólo se diferencia por su contenido y su nombre, sino por su propia esencia. Heideggeriana: VontadePoder

La fundamentación del privilegio de la vida tiene su fundamento no en una perspectiva biológica particular y aislada de Nietzsche, sino en que éste lleva a su acabamiento la esencia de la metafísica occidental en la vía histórica que le había sido consignada, en que es capaz de llevar a la palabra lo que estaba contenido de manera aún implícita en la esencia inicial del ser como physis y se volvió un pensamiento inevitable en la posterior interpretación del ente en el curso de la historia de la metafísica. Heideggeriana: VontadePoder

"El mundo verdadero y el mundo aparente": esta contraposición es reconducida a relaciones de valor. Nietzsche comprende aquí la verdad en el sentido de lo verdadero, del "mundo verdadero", y la lleva a una contraposición. La fórmula que la expresa, "el mundo verdadero y el mundo aparente", está puesta a su vez entre comillas, lo que indica que se está ante algo tradicional y generalmente conocido. La contraposición de la que Nietzsche expresa aquí una nueva determinación es la que se da entre lo que es propia y verdaderamente y lo que sólo de manera derivada e impropia puede ser llamado un ente. En esta contraposición de dos mundos - el "mundo verdadero" y el "mundo aparente" - reconocemos la distinción de dos reinos en el interior de lo que es en general de algún modo y que sólo tiene su límite frente a la nada total y vacía. Esta distinción es tan antigua como el pensar occidental acerca del ente. Se vuelve corriente en la medida en que la inicial concepción griega del ente se consolida como algo habitual y comprensible de suyo en el transcurso de la historia occidental que llega hasta nuestro días. En el lenguaje escolar se denomina a esta distinción del ente en total la "doctrina de los dos mundos". No necesitamos aquí seguir con detalle esta doctrina y sus transformaciones históricas, que se confunden con los estadios principales de la metafísica occidental. Señalaremos, en cambio, los tres puntos siguientes: 1) Esta distinción entre el mundo verdadero y el mundo sensible es la estructura que sostiene, más aún, que previamente da el espacio para algo así como meta-física; pues un meta; (ta physika), un ir más-allá-de, de algo inmediatamente dado hacia algo otro, sólo es posible si éste y aquél son diferenciables, si el ente en su totalidad está atravesado por una distinción de acuerdo con la cual uno está separado del otro en el chorismos. 2) La filosofía de Platón le ha dado a esta "doctrina de los dos mundos" una formulación si se quiere "clásica" para todo el pensamiento occidental. 3) La posición de Nietzsche respecto de esta distinción se basa siempre en una determinada interpretación de esta doctrina del platonismo. Heideggeriana: VontadePoder

En el transcurso de la historia de la formación, la conciencia natural demuestra ser "sólo concepto del saber". Pero este "sólo" ya es bastante. Efectivamente, en la medida en que a la hora de representar a lo ente la conciencia natural representa al mismo tiempo inevitablemente y aunque sea de manera no expresa a la entidad de lo ente, la conciencia natural está ya en sí misma por encima de sí misma aunque sin estar fuera de sí. La conciencia natural no sólo no toma conocimiento del "concepto" - concepto que ya es siempre ella misma -, sino que llega a opinar que puede pasarse sin él, mientras que, en verdad, la correspondiente región de lo ente habitada por la conciencia natural sólo se puede determinar, tanto por su extensión como por su dominabilidad, a partir de aquello que sea la propia conciencia en tanto que saber de la entidad de lo ente. Pero la conciencia natural se oculta a sí misma esa inquietud reinante en ella que la impulsa más allá de sí misma. Huye de ella y, de esta manera, se encadena a su modo a sí misma. Toma su opinión por la verdadera, por lo tanto tiene pretensiones de hacer suya la verdad y demuestra que aquello que considera lo suyo no es lo suyo. Su propia opinión delata constantemente la inquietud de ese impulso irrefrenable hacia más allá de sí misma. La presentación del saber que se manifiesta sólo necesita abandonarse a esa inquietud para encontrarse ya en la marcha del progreso. Pero lo irrefrenable del movimiento sólo puede determinarse a partir de aquello en lo que se mantiene la inquietud. Se atiene a lo que la impulsa fuera. Ésta es la realidad de lo real, que sólo es en la medida en que se manifiesta en su verdad. Ella es, vista desde la orientación del progreso, la meta de la marcha. Pensada a partir de la inquietud de la conciencia, la marcha comienza por la meta. Es un movimiento a partir de la meta, de tal manera que no deja a la meta atrás, sino que, con el movimiento, llega precisamente a su despliegue. La meta de su marcha le es fijada al saber en su propia esencia como esta misma. La conciencia es, en su propia inquietud, la autofijación de la meta. Por eso, el octavo párrafo comienza la caracterización de la movilidad de la conciencia con la frase: "Pero para el saber la meta es algo fijado de manera tan necesaria como la serie de la progresión". Pero el párrafo no debate la meta, por lo menos no bajo la forma en la que nos representamos una meta, en la medida en que la tomamos por aquello hacia lo que se ve impulsada una cosa. Si se nos permitiera tomar como expediente el lenguaje de la mecánica, podríamos decir que el progreso en la marcha histórica de la historia de la formación de la conciencia, no se ve empujado hacia adelante y hacia lo aún indeterminado por la correspondiente figura de la conciencia, sino que se ve atraído a partir de la meta ya fijada. La meta atrayente se genera a sí misma en su manifestación en la propia atracción y lleva de entrada a la marcha de la conciencia a la plenitud de su completitud. Heideggeriana: HegelExperiencia

Respecto a la lengua que se ha desarrollado en el curso de la historia - de manera que es lengua materna - podemos decir: En verdad, no es el hombre sino el lenguaje el que habla. El hombre no habla más que en la medida en que corresponde con el lenguaje. Heideggeriana: HebelAmigo

Si recordamos una vez más la historia del pensar europeo-occidental, descubrimos que la pregunta por el ser, como pregunta por el ser del ente, es dual. Por un lado pregunta: ¿Qué es el ente en general como ente? Las consideraciones en torno a esta pregunta, en el curso de la historia de la filosofía se llevan a cabo bajo el título de ontología. La pregunta "qué es el ente", pregunta al mismo tiempo: ¿cuál es y cómo es el ente en el sentido del ente supremo? Es la pregunta por lo divino y por Dios. El ámbito de esta pregunta se llama teología. La dualidad de la pregunta por el ser del ente se puede comprender en el título onto-teología. La doble 3a pregunta: "¿qué es el ente" dice por un lado: ¿qué es (en general) el ente? por otro dice: ¿qué (cuál) es el ente por antonomasia? La dualidad de la pregunta por el ente debe residir evidentemente en el modo como se muestra 4b el ser del ente. El ser se muestra en el carácter de aquello que llamarnos fundamento (Grund). El ente en general es el fundamento en el sentido del suelo (Boden) sobre el que se mueve cualquier consideración más amplia sobre el ente. El ente como ente supremo es el fundamento en el sentido de aquello que deja surgir todo ente en el ser. Heideggeriana: KantSer

En el curso de la historia del preguntar onto-teológico, nace la tarea de mostrar no sólo que es el ente supremo, sino de demostrar que el más ente de los entes es, que Dios existe. Las palabras existencia, Dasein, efectividad (Wirklichkeit) nombran un modo del ser. En el año, 1763, casi dos décadas antes de la aparición de la Crítica de la razón pura, Kant publicó un escrito titulado "El único argumento posible para una demostración de la existencia de Dios". La "Primera Consideración" de este escrito trata de los conceptos de "existencia en general" y de "ser en general". Allí encontramos ya la tesis de Kant sobre el ser, y en verdad en la doble forma de enunciado negativo afirmativo. La redacción de ambos enunciados coincide en cierto modo con la de la Crítica de la razón pura. El enunciado negativo dice, en el escrito precrítico: "La existencia no es un predicado o determinación de cosa alguna". El afirmativo: "El concepto de posición (Position) o el poner (Setzung) es completamente simple y el mismo que el de ser en general". Heideggeriana: KantSer

Submitted on 11.03.2007 10:59
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