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interpretación del ser

Definition:
Interpretation des Seins, Interpretation von Sein, Auslegung des Seins, Auslegung von Sein, Seinsauslegung

No sólo eso. Sobre la base de los comienzos griegos de la INTERPRETACIÓN DEL SER, llegó a constituirse un dogma que no sólo declara superflua la pregunta por el sentido del ser, sino que, además, ratifica y legitima su omisión. Se dice: el concepto de «ser» es el más universal y vacío. Como tal, opone resistencia a todo intento de definición. Este concepto universalísimo y, por ende, indefinible, tampoco necesita ser definido. Todo el mundo lo usa constantemente y comprende ya siempre lo que con él quiere decir. De esta manera, lo que estando oculto incitaba y mantenía en la inquietud al filosofar antiguo, se ha convertido en algo obvio y claro como el sol, hasta el punto de que si alguien insiste en preguntar aún por ello, es acusado de error metodológico. STJR §1

Si el ser debe concebirse a partir del tiempo, y si los diferentes modos y derivados del ser sólo se vuelven efectivamente comprensibles en sus modificaciones y derivaciones cuando se los considera desde la perspectiva del tiempo, entonces quiere decir que el ser mismo – y no sólo el ente en cuanto está «en el tiempo» – se ha hecho visible en su carácter «temporal». Pero, en tal caso, «temporal» no puede ya significar solamente «lo que está en el tiempo». También lo «intemporal» y lo «supratemporal» es «temporal» en lo que respecta a su ser. Y esto, a su vez, no sólo en la forma de una privación frente a algo «temporal» en cuanto ente «en el tiempo», sino en un sentido positivo, aunque todavía por aclarar. Como la expresión «temporal» se ocupa en el uso lingüístico prefilosófico y filosófico en la significación ya indicada, y como en las investigaciones que siguen la expresión será usada en una significación diferente, llamaremos a la determinación originaria del sentido del ser y de sus caracteres y modos, obtenida a partir del tiempo, determinación temporaria [temporale Bestimmtheit]. La tarea ontológica fundamental de la INTERPRETACIÓN DEL SER en cuanto tal incluye, pues, el desentrañamiento de la temporariedad del ser [Temporalitat des Seins]. Sólo en la exposición de la problemática de la temporariedad se dará la respuesta concreta a la pregunta por el sentido del ser. STJR §5

De acuerdo con la tendencia positiva de la destrucción, será necesario preguntarse, en primer lugar, si, y hasta qué punto, en el curso de la historia de la ontología, la INTERPRETACIÓN DEL SER ha sido puesta temáticamente en conexión con el fenómeno del tiempo, y si la problemática de la temporariedad, que para ello es necesaria, ha sido y podía ser elaborada, al menos en sus fundamentos. El primero y único que recorrió en su investigación un trecho del camino hacia la dimensión de la temporariedad, o que, más bien, se dejó arrastrar hacia ella por la fuerza de los fenómenos mismos, es Kant. Sólo una vez que se haya fijado la problemática de la temporariedad, resultará posible proyectar luz en la oscuridad de la doctrina del esquematismo. Pero por este camino también será posible mostrar por qué tenía este dominio que quedar cerrado para Kant en sus verdaderas dimensiones y en su función ontológica central. Kant mismo sabía que se aventuraba en un dominio oscuro: «Este esquematismo de nuestro entendimiento con respecto a los fenómenos y a su pura forma es un arte oculto en las profundidades del alma humana, cuyos verdaderos mecanismos difícilmente arrancaremos nunca a la naturaleza, ni pondremos al descubierto ante nuestros ojos». Aquello ante lo que Kant retrocede en cierto modo aquí, debe ser sacado temáticamente a luz en sus fundamentos, si es que el término «ser» ha de tener un sentido verificable. En definitiva, los fenómenos que en los análisis que han de seguir serán expuestos bajo el título de «temporariedad» son precisamente aquellos juicios más secretos de la «razón común», cuya analítica Kant define como el «quehacer de los filósofos». STJR §6

La problemática de la ontología griega, como la de cualquier otra ontología, debe tomar su hilo conductor en el Dasein mismo. El Dasein, es decir, el ser del hombre, queda determinado en la «definición» vulgar, al igual que en la filosófica, como zoon logon echon, como el viviente cuyo ser está esencialmente determinado por la capacidad de hablar. El legein (cf. § 7, B) es el hilo conductor para alcanzar las estructuras de ser del ente que comparece cuando en nuestro hablar nos referimos a algo [Ansprechen] o decimos algo de ello [Besprechen]. Por eso, la ontología antigua, que toma forma en Platón, se convierte en «dialéctica». Con el progreso de la elaboración del hilo conductor ontológico mismo, e.d. de la «hermenéutica» del logos, crece la posibilidad de una comprensión más radical del problema del ser. La «dialéctica», que era una auténtica perplejidad filosófica, se torna superflua. Por esto (Aristóteles) «no tenía ya comprensión» para ella [e.d no la aceptaba] justamente porque, al ponerla sobre un fundamento más radical, la había superado. El legein mismo y, correlativamente, el noein – e.d. la aprehensión simple de lo que está-ahí en su puro estar-ahí, que ya había sido tomada por Parménides como guía para la INTERPRETACIÓN DEL SER – tiene la estructura temporaria de la pura «presentación» de algo. El ente que se muestra en y para ella, y es entendido como el ente propiamente dicho, recibe, por consiguiente, su interpretación por referencia al presente, es decir, es concebido como presencia (ousia). STJR §6

Considerada en su contenido, la fenomenología es la ciencia del ser del ente – ontología. Al hacer la aclaración de las tareas de la ontología, surgió la necesidad de una ontología fundamental; ésta tiene como tema el ente óntico-ontológicamente privilegiado (el Dasein), y de esta suerte se ve enfrentada al problema cardinal, esto es, a la pregunta por el sentido del ser en cuanto tal [von Sein überhaupt]. De la investigación misma se desprenderá que el sentido de la descripción fenomenológica en cuanto método es el de la interpretación [Auslegung]. El logos de la fenomenología del Dasein tiene el carácter del hermeneuein, por el cual le son anunciados a la comprensión del ser que es propia del Dasein mismo el auténtico sentido del ser y las estructuras fundamentales de su propio ser. La fenomenología del Dasein es hermenéutica, en la significación originaria de la palabra, significación en la que designa el quehacer de la interpretación. Ahora bien, en tanto que por el descubrimiento del sentido del ser y de las estructuras fundamentales del Dasein se abre el horizonte para toda ulterior investigación ontológica de los entes que no son el Dasein, esta hermenéutica se convierte también en una «hermenéutica» en el sentido de la elaboración de las condiciones de posibilidad de toda investigación ontológica. Y puesto, por último, que el Dasein tiene una primacía ontológica frente a todo otro ente – como el ente que es en la posibilidad de la existencia – la hermenéutica cobra, en cuanto INTERPRETACIÓN DEL SER del Dasein, un tercer sentido específico, filosóficamente hablando el primario: el sentido de una analítica de la existencialidad de la existencia. En cuanto esta hermenéutica elabora ontológicamente la historicidad del Dasein como condición óntica de la posibilidad del saber histórico, ella sirve, en seguida, de terreno de arraigo para aquello que sólo derivadamente puede ser llamado «hermenéutica»: la metodología de las ciencias históricas del espíritu. STJR §7

La pregunta por el sentido del ser es la más universal y la más vacía; pero también implica la posibilidad de la más radical individuación en el Dasein singular. La adquisición del concepto fundamental de «ser» y el bosquejo del aparato conceptual ontológico requerido por él y de sus necesarias modalidades, precisan de un hilo conductor concreto. La universalidad del concepto de ser no se opone a la «especialidad» de la investigación – e.d. no se opone a que nos acerquemos a ese concepto por la vía de la interpretación específica de un ente determinado, el Dasein, que es donde deberá alcanzarse el horizonte para la comprensión y la posible INTERPRETACIÓN DEL SER. Pero, este ente es en sí mismo «histórico» [«geschichtlich»], de tal manera que su aclaración ontológica más propia habrá de convertirse necesariamente en una interpretación «historiológica» [«historisch»]. STJR §8

Todas las explicaciones [Explikate] que surgen de la analítica del Dasein se alcanzan mirando hacia su estructura de existencia. Y como estos caracteres de ser del Dasein se determinan desde la existencialidad, los llamamos existenciales. Se los debe distinguir rigurosamente de las determinaciones de ser del ente que no tiene la forma de ser del Dasein, a las que damos el nombre de categorías. Esta expresión se toma y mantiene en su significación ontológica primaria. Para la ontología antigua, el terreno ejemplar de la INTERPRETACIÓN DEL SER es el ente que comparece dentro del mundo. La forma de acceso a él es el noein o, correlativamente, el logos. En ellos comparece el ente. Pero el ser de este ente debe ser captable en un legein (o hacer ver) eminente, de suerte que este ser se haga comprensible de antemano en lo que él es y como lo que ya está en todo ente. La previa referencia al ser en todo hablar (logos) que dice algo del ente es el kategoreisthai. Esta palabra significa, por lo pronto, acusar públicamente, decirle a alguien algo en la cara delante de todos. En su uso ontológico, el término quiere decir algo así como decirle al ente en su cara lo que él es ya siempre como ente, e.d. hacerlo ver a todos en su ser. Lo visto y visible en este ver son las kateogoriai. Ellas abarcan las determinaciones a priori del ente según las distintas maneras como es posible referirse a él y decir algo de él en el logos. Existenciales y categorías son las dos posibilidades fundamentales de los caracteres del ser. El respectivo ente exige ser primariamente interrogado en forma cada vez diferente: como quién (existencia) o como qué (estar-ahí, en el más amplio sentido). Sobre la conexión de ambas modalidades de los caracteres del ser sólo se podrá tratar una vez aclarado el horizonte de la pregunta por el ser. STJR §9

La perplejidad que hasta hoy persiste en la INTERPRETACIÓN DEL SER del espacio se funda no tanto en un conocimiento insuficiente del contenido objetivo del espacio mismo, cuanto en la falta de una radical claridad respecto de las posibilidades del ser en general y de una interpretación ontológica conceptual de las mismas. Lo decisivo para la comprensión del problema ontológico del espacio consiste en liberar la pregunta por el ser del espacio de la estrechez de los conceptos de ser fortuitamente disponibles y, además, casi siempre toscos, y, ateniéndonos al fenómeno mismo y a los distintos modos fenoménicos de espacialidad, orientar la problemática del ser del espacio hacia la aclaración de las posibilidades del ser en general. STJR §24

Por otra parte, la interpretación del comprender ha mostrado que inmediata y regularmente éste, según el modo de ser de la caída, ya se ha emplazado en la comprensión del «mundo». Incluso allí donde no se trata sólo de experiencia óntica, sino también de comprensión ontológica, la INTERPRETACIÓN DEL SER se orienta, en primer lugar, por el ser del ente intramundano. El ser de lo inmediatamente a la mano se pasa por alto, y el ente es concebido primero como un conjunto de cosas (res) que están-ahí. El ser cobra el sentido de realidad [Realitat]. La sustancialidad se convierte en la determinación fundamental del ser. Correspondiendo a este desplazamiento de la comprensión del ser, también la comprensión ontológica del Dasein entra en el horizonte de este concepto de ser. El Dasein, al igual que cualquier otro ente, también está realmente ahí. De esta manera, el ser en general adquiere el sentido de realidad. El concepto de realidad tiene, pues, una peculiar primacía en la problemática ontológica. Esta primacía obstruye el camino hacia una genuina analítica existencial del Dasein e impide incluso dirigir la mirada hacia el ser de lo inmediatamente a la mano dentro del mundo. Finalmente, ella fuerza a la problemática del ser en general a orientarse en una falsa dirección. Los demás modos de ser son determinados negativa y privativamente con respecto a la realidad. STJR §43

La respuesta a la pregunta por el sentido del ser está todavía pendiente. ¿Qué contribución ha hecho a la elaboración de esa pregunta el análisis fundamental del Dasein que hemos realizado hasta aquí? Con la puesta al descubierto del fenómeno del cuidado, se ha aclarado la constitución de ser del ente a cuyo ser le pertenece eso que llamamos la comprensión del ser. Al mismo tiempo el ser del Dasein quedó delimitado frente a ciertos modos de ser (tales como el estar a la mano, el estar-ahí, la realidad) que caracterizan a los entes que no tienen el modo de ser del Dasein. También se ha aclarado el comprender mismo, y de este modo se ha garantizado a la vez la transparencia metodológica del procedimiento comprensor-interpretativo de la INTERPRETACIÓN DEL SER. STJR §44

Una cosa se ha vuelto imposible de desconocer: el análisis existencial del Dasein hecho hasta aquí no puede reivindicar para sí la originariedad. En el haber previo estaba siempre tan sólo el ser impropio del Dasein, y éste, en tanto que no entero. Si la INTERPRETACIÓN DEL SER del Dasein, como fundamento de la elaboración de la pregunta ontológica fundamental debe llegar a ser originaria, entonces ella tendrá primero que sacar existencialmente a luz el ser del Dasein en su posible propiedad e integridad. STJR §45

¿Pero no se responde más segura y fácilmente a la pregunta acerca de lo que dice la llamada con la «simple» apelación a lo que usualmente se oye o bien se desoye en todas las experiencias de la conciencia; es decir, apelando a que la llamada acusa al Dasein de ser «culpable», o bien, como en la conciencia amonestadora, apunta hacia una posible «culpabilidad» o, en cuanto «buena» conciencia, ratifica un «no ser consciente de culpa»? ¡Si al menos esta «culpabilidad» «unánimemente» experimentada no se determinara en formas tan enteramente distintas en las diferentes experiencias e interpretaciones de la conciencia! Y aun cuando el sentido de esta «culpabilidad» se pudiera concebir en forma unívoca, el concepto existencial del ser-culpable seguiría en la oscuridad. Pero si el Dasein se acusa a sí mismo como «culpable», ¿de dónde se habrá de sacar la idea de culpa sino de la INTERPRETACIÓN DEL SER del Dasein? Sin embargo, nuevamente surge la pregunta: ¿quién dice cómo somos culpables y qué significa culpa? La idea de culpa no puede ser arbitrariamente inventada e impuesta al Dasein. Pero, si en alguna forma es posible una comprensión de la esencia de la culpa, esta posibilidad deberá estar bosquejada en el Dasein mismo. ¿Dónde encontraremos la huella que nos pueda llevar a la desvelación de este fenómeno? Todas las investigaciones ontológicas de fenómenos como el de culpa, conciencia, muerte, deben tomar pie en lo que la interpretación cotidiana del Dasein «dice» de ellos. En el modo de ser cadente del Dasein se da el que la interpretación de éste queda, por lo general, «orientada» en forma impropia y no llega a la «esencia» del Dasein, porque el planteamiento ontológico adecuado y originario le resulta extraño. Pero en toda visión errada se hace presente, al mismo tiempo, una remisión a la «idea» originaria del fenómeno. ¿Pero de dónde sacaremos el criterio para discernir el sentido existencial originario de la culpabilidad? Del hecho de que este «culpable» surge como predicado del «yo soy». ¿Se halla acaso en el ser del Dasein como tal eso que la interpretación impropia comprende como «culpa», de tal manera que el Dasein sea siempre culpable ya por el mero hecho de existir? STJR §58

Jamás se podrá investigar el origen y la posibilidad de la «idea» del ser en general con los medios de la «abstracción» lógico-formal, es decir, sin tener un horizonte seguro tanto para la pregunta como para la respuesta. Es necesario buscar un camino para la aclaración de la pregunta ontológica fundamental, y recorrerlo. Si es el único o el correcto, sólo puede zanjarse después de la marcha. El debate acerca de la INTERPRETACIÓN DEL SER no puede ser dirimido, porque ni siquiera se ha desencadenado. Y, en definitiva, no es posible siquiera «provocarlo» porque su desencadenamiento mismo requiere preparativos. Únicamente hacia esa meta se encamina la presente investigación. ¿En qué punto se encuentra? STJR §83

Submitted on 18.07.2021 17:07
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